martes, septiembre 23, 2014

¡Que viene la “rece” otra vez, queridos talibanes.

Ya llevo tiempo escribiendo que hay indicios crecientes de que nos vamos a otra recesión. Siendo tan fácil que un economista mindundi, como el que aquí escribe, las vea venir, ¿qué es lo que impide que se tomen las medidas de política económica adecuadas para evitarla?

Ahora empieza ya a ser evidente que esto no chuta. Los datos de las tres grandes economías europeas indican que el pinchazo empieza a ser importante, pero claro, como Europa la gobierna la ETA, pues esto no tiene solución. No me refiero, claro, a la ETA vasca, sino a los Empedernidos Talibanes Alemanes, que después de cinco años de austeridad, que solo han traído ruina para muchos países, aún son incapaces de rectificar y reconocer que se han equivocado y que lo que hay es un problema de demanda agregada. Cabezas cuadradas. Y con ellos nos hemos juntado y ellos nos gobiernan. Vamos bien.

Resulta que en teoría el BCE es independiente. Esta moda de que los bancos centrales sean independientes es obviamente neoliberal. Así el BCE es independiente respecto a los políticos, pero obviamente no lo es respecto al poder real, al poder económico-financiero que está por encima del político. El BCE tendría que estar ya hace tiempo llevando a cabo otras políticas. Solo ahora después de cinco años han bajado los tipos de interés a mínimos y solo ahora se plantean comprar deuda para así inyectar dinero. Pero, claro, ¡vade retro Satanás!, comprar deuda de los PIGS, ¡qué horror! Y los de la ETA (la alemana) no duermen pensando en esa posible profanación del sacro sentido austero alemán (euromezquindad le llaman ya). De momento las anunciadas subastas del BCE se han convertido en un tirachinas porque los bancos no han pedido dinero y es que ¿dónde lo colocan?, ya que sigue la crisis de confianza bancaria. Al final el BCE estará haciendo lo que tenía que haber hecho hace cinco años. En el camino nos hemos dejado millones de parados.

Veo ya al PP nervioso y es que su estrategia que era traspasar rentas del trabajo a los empresarios, gracias a  una reforma laboral que les ha permitido aligerar las plantillas con indemnizaciones rastreras y  reducir los salarios, pasaba por encontrar una recuperación a partir de este año, para así llegar a las elecciones con lo de que “lo peor ya ha pasado” y ahora sí que vamos a crear empleo como prometimos, etc., etc. (otra vez las mismas mentiras. ¿Las volverá a comprar el trabajador español?) no ha dado los resultados esperados (no podía ser de otra manera).

El empresario español pensaba que todo pasaba por bajar salarios y despedir gratis. Se ha encontrado que un deprimido país sin horizonte vital no compra, no consume, y la jugada le ha salido fatal. Lo que ha ganado por la parte baja de la cuenta de resultados en ahorro de costes, lo ha perdido por arriba en ventas y se ha quedado igual o peor, con unos ratios de beneficios sobre capital peores.

Pues el invento (no se le puede llamar política económica, ya que ha sido un emplasto), se les está hundiendo, porque la recuperación no existe ni en sueños. Más aún, esto podría ir hacia atrás de nuevo, con lo cual el bofetón electoral que van a recibir será de órdago. Ya solo le quedarán los votantes del “contigo hasta la muerte”, que son del PP como se puede ser de un equipo de fútbol: impensable cambiar de colores.

Todo pasaba por una falsa creencia. Si devaluábamos los salarios seríamos enormemente competitivos y exportaríamos MUCHISIMO y así crearíamos empleo siendo la China de Europa. Pues no. Resulta que las exportaciones no tiran (no solo se exporta porque eres barato) y para más INRI lo poco que crece el consumo lo hace con compras al exterior y aumentan las importaciones y la balanza comercial vuelve a estar donde estaba: negativa.

Euromezquindad sin fin.

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