Recorrido circular que puede iniciarse y acabarse en
diferentes puntos, uno de ellos Jaca.
Día sin nubes, pero con un bajón de temperatura tremendo y con un marrón en
el lado francés de cuidado. Esto hacía que “el puerto” o “la embarradura”
entrasen a saco y el aguanieve (arriba en las cumbres, nieve) llegase a
Villanúa, más abajo incluso de Canfranc. Esto iba acompañado, naturalmente, de
un viento terrible. El GoreTex lo llevé todo el día porque el aire era frío de
verdad.
Me llegué con el coche hasta Castiello de Jaca, subiendo así
el Somport unos kilómetros para verificar que estaba el plan imposible y en el
desvío de Aratorés hacia Aisa, justo enfrente de una casa que se llama Villa
Juanita, aparqué. Llamé al dueño para pedirle permiso para dejar el coche en la
puerta pero no contestó nadie.
Este recorrido circular no lo habría hecho nunca de no haberme
informado de su existencia el propietario de la excelente casa de turismo rural Os Ormos, quien me
lo indicó como alternativa al Somport. La verdad es que sol no me faltó y del
viento estuve a salvo en este primer tramo en el cual se recorren tres
pequeños, pero durillos, puertos.
Por lo tanto salí de Castiello de Jaca a Borau, donde un
buen repechón te avisa de lo que viene. En pocos metros tienes ya una vista del
valle maravillosa. Pasado Aratorés, pueblo al que se llega enseguida, viene un
pequeño tramo donde el Ibike marcó un 16,5%, y se alcanza enseguida el primer
puerto, el de Borau. Que nadie espere encontrar rótulos indicando el paso de
los puertos.
Cuatro pedaladas y enseguida hay una vista espectacular del valle.
Aratorés es el primer pueblo que encontraremos poco después de dejar el desvío
Puerto de Borau. Pocos puertos tienen una rotonda en su cumbre.
Y es que de aquí sale una carreterita a un refugio. Y como pasen tres coches, mejor hacer una rotonda. ¡Los tiempos en que había dinero y lo que se llegó a hacer!
Bajada hacia Borau. Buena carretera que se acaba pronto.
Entrada a Borau
Empieza el tramo hacia Aisa. La carretera ya es otra cosa.
Las casas y la iglesia de Borau
Cuatro pedaladas y enseguida hay una vista espectacular del valle.
Aratorés es el primer pueblo que encontraremos poco después de dejar el desvío
Puerto de Borau. Pocos puertos tienen una rotonda en su cumbre.
Y es que de aquí sale una carreterita a un refugio. Y como pasen tres coches, mejor hacer una rotonda. ¡Los tiempos en que había dinero y lo que se llegó a hacer!
Bajada hacia Borau. Buena carretera que se acaba pronto.
Entrada a Borau
Empieza el tramo hacia Aisa. La carretera ya es otra cosa.
Las casas y la iglesia de Borau
La carretera sigue siendo muy buena bajando hasta Borau. En
ese punto empieza una estrecha carretera que nos llevará hasta el puerto de Aisa
y en la bajada llegaremos enseguida a dicho pueblo. Todo lo que encontré en
este tramo fue un 4X4 que remolcaba corderos. Pie a tierra para que pasasen (lo
agradecieron) ya que no se cabe.
Se sabe que se corona el puerto de Aisa porque hay como un
refugio pintado de todos los colores posibles.
Puerto de Aisa
Puerto de Aisa
En Aisa (bonito pueblo) sale carretera directa para Jaca.
Pero seguiremos hacia Jasa. Nada más llegar se remonta una corta subida que nos lleva al pueblo y nos
acercamos ya al siguiente puerto.
Aisa a la vista. Se ve a la izquierda la buena carretera que va directa al centro de Jaca.
Iglesia de Aisa.
Bikefriendly y agua, pensando en el ciclista, al entrar en Aisa.
Queda claro: Aisa a la izquierda, Borau a la derecha, por duplicado. Lo bueno es que las señales están en la entrada de Aisa y sobra la señal, y lo que tendría que indicar es la población siguiente, Jasa, y tal rótulo brilla por su ausencia. No se deben de llevar bien Aisa y Jasa.
Aisa a la vista. Se ve a la izquierda la buena carretera que va directa al centro de Jaca.
Iglesia de Aisa.
Bikefriendly y agua, pensando en el ciclista, al entrar en Aisa.
Queda claro: Aisa a la izquierda, Borau a la derecha, por duplicado. Lo bueno es que las señales están en la entrada de Aisa y sobra la señal, y lo que tendría que indicar es la población siguiente, Jasa, y tal rótulo brilla por su ausencia. No se deben de llevar bien Aisa y Jasa.
Cruzamos un riachuelo donde hay un enorme espacio deportivo con piscina incluida y afrontamos el puerto más largo de los tres. En el collado del puerto de Jasa encontraremos un refugio forestal abovedado, típico de los años cincuenta.
Cruzando el riachuelo. Se veía bien cerca el marrón de la cresta fronteriza.
Aisa queda atrás y se empieza el puerto de Jasa
Puerto de Jasa, con su refugio forestal
Bajamos hacia Jasa y aquí la carretera se deteriora mucho. Como la gente de Jasa se va por la excelente carretera que lleva a Puente la Reina, por aquí no pasa absolutamente nadie. Hay tres cortos tramos sin asfaltar y una curva muy pendiente que es un enorme pedregal, en la cual puse pie a tierra para evitar males mayores.
Se atraviesa Jasa por un empedrado trepidante y por fin entramos
en un asfalto delicioso que en pronunciada pendiente nos lleva hasta el desvío
a Aragües del Puerto. Se toma a la izquierda y siguiendo el río se disfruta de
bajada… y del viento que me venía de costado con muchas ganas y problemas.
Se sale a la carretera que lleva a Aragües del Puerto.
Jasa queda atrás. La carretera es ya formidable.
Se sale a la carretera que lleva a Aragües del Puerto.
Jasa queda atrás. La carretera es ya formidable.
Se sale a la carretera que lleva a Hecho y aquí en bajada suave y casi permanente, siguiendo el río Osia, se llega a Puente la Reina. Cuando llegué al río Gállego el viento azotaba una barbaridad. Botella grande de Aquarius en la gasolinera y entrada en la nacional que con viento en popa, pero temible, me ayudó a llegar a Jaca pasando por Santa Cilia de Jaca.
Y al llegar a Jaca seguí por ese rosario de calles con nombres inolvidables: Av. Nuestra Señora de la Victoria, Av. Regimiento “Galicia 64” y Av. Primer Viernes de Mayo (Fiesta en Jaca). A partir de ahí ya se va directo a la N-330 que lleva al Somport, dejando la preciosa Ciudadela a nuestra izquierda. Jaca es una ciudad con calidad de vida (y de frío).
Y aquí vino lo duro. El viento venía de frente (¡y como
venía!) y la carretera va subiendo y subiendo. No es una subida dura, pero con
un viento (total, el generado y el que había) de 57 km./h. en contra, pedalear
se vuelve una tortura si además llevas kilómetros ya en las piernas.
Hubo momentos de miedo, porque las rachas me clavaban y me dejaban casi parado y así te puedes caer y como el tráfico en una carretera fronteriza nunca decae, puede pasar cualquier cosa. Cuando llegué al coche me sentí muy aliviado (ir así no me gusta) y tuve la ocasión de hablar con un señor ya mayor, propietario de Villa Juanita. Cuando le indiqué que había llamado para pedirle permiso para aparcar el hombre me lo agradeció (me dijo que lo había dejado correctamente, ya que muchos se lo atraviesan delante de la puerta) y estuvimos un buen rato hablando del tiempo.
El marrón llegaba allí mismo. La foto parece reflejar un día de buen tiempo, ¿no?
La realidad es que esta parte occidental de Huesca, tocando a Navarra, no tiene nada en común con la oriental, tocando a Catalunya. Me equivoqué pensando que por la tarde ya habría amainado. Habría sido preferible aparcar en Jaca y empezar y acabar el recorrido en esa ciudad. Se veía borrasquear (el aguanieve) allí mismo, a cinco kilómetros. ¡Como para subir a Somport!
Un recorrido de 74,85 Km. con 1.082 m. de desnivel según el
Ibike Newton.
Perfil del recorrido grabado con mi aparato. El punto más bajo del recorrido es Puente la Reina. El color marrón significa que pedaleo, el rojo que freno, el amarillo que no pedaleo y el violeta que voy a caballito, fuera del sillín.
Perfil del recorrido grabado con mi aparato. El punto más bajo del recorrido es Puente la Reina. El color marrón significa que pedaleo, el rojo que freno, el amarillo que no pedaleo y el violeta que voy a caballito, fuera del sillín.
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