Lo lógico sería que ante el hundimiento del consumo, o sea de la demanda, los precios mostraran tendencia a la baja. Al menos en España. Es lo que nos dicen los presuntamente enterados, o sea “los expertos”. Ya que no podemos devaluar, debemos bajar nuestros precios “para ser competitivos”, sin olvidar que los salarios son un precio más, el precio del trabajo.
Mientras algunos precios bajan (no hay que olvidar que la vivienda es un bien de inversión y no de consumo y si baja no tiene ninguna repercusión en el IPC) que son aquellos más ligados al consumo prescindible, los bienes básicos no están siguiendo precisamente un camino bajista. Naturalmente los salarios sí van que se estrellan.
El último dato de inflación nos muestra que el conjunto de precios va en aumento. Lógico después de la subida del IVA, aún no plenamente repercutida y que veremos como seguirá tirando de los precios al alza.
Interesante el gráfico que adjunto sobre el IPC de EE.UU. (¡200 años!) que muestra como los precios han subido siempre de forma absoluta precisamente desde que se creó la Reserva Federal en EE.UU., el órgano encargado de fijar los tipos de interés. ¿Casualidad? Lo que si es evidente es que los precios desde los años 40 siempre han subido y lo que deja claro el gráfico es que desde que se desligó el dólar del oro la inflación ha sido enorme y permanente. Y es que ¿quién le impide a EE.UU. imprimir los billetes que le venga en gana?
Y razones para que ahora suban los precios no faltan. Aunque hay quien afirma que las fuertes ayudas de los Estados a la Banca y a determinados sectores económicos no son inflacionarias, muchos sospechan que esto no es así y que finalmente la inflación llegará a través de las materias primas principalmente. Vemos lo que está ocurriendo con los cereales (más información), que han caído en las redes de la especulación con derivados, y que tendrá grandes repercusiones en el IPC, afectando principalmente, como siempre, a las rentas más bajas. El petróleo también muestra valores al alza.
La realidad es que los datos de inflación de muchos países muestran ascensos. A destacar China.
Ya sabemos que las deudas, con inflación, se reducen. Un cierto grado de inflación controlado (5-6%) sería bienvenido por todos los países. Ayudaría a reducir sus deudas y reduciría aún más los salarios, quienes pagarían la factura, que es de lo que se trata.
Seguirán estirando la cuerda hasta que se rompa definitivamente. Reducirán la renta disponible del trabajador hasta pasarse de vueltas y encontrarse así con el definitivo crack de la demanda. Aprendices de brujo.
Mientras algunos precios bajan (no hay que olvidar que la vivienda es un bien de inversión y no de consumo y si baja no tiene ninguna repercusión en el IPC) que son aquellos más ligados al consumo prescindible, los bienes básicos no están siguiendo precisamente un camino bajista. Naturalmente los salarios sí van que se estrellan.
El último dato de inflación nos muestra que el conjunto de precios va en aumento. Lógico después de la subida del IVA, aún no plenamente repercutida y que veremos como seguirá tirando de los precios al alza.
Interesante el gráfico que adjunto sobre el IPC de EE.UU. (¡200 años!) que muestra como los precios han subido siempre de forma absoluta precisamente desde que se creó la Reserva Federal en EE.UU., el órgano encargado de fijar los tipos de interés. ¿Casualidad? Lo que si es evidente es que los precios desde los años 40 siempre han subido y lo que deja claro el gráfico es que desde que se desligó el dólar del oro la inflación ha sido enorme y permanente. Y es que ¿quién le impide a EE.UU. imprimir los billetes que le venga en gana?
Y razones para que ahora suban los precios no faltan. Aunque hay quien afirma que las fuertes ayudas de los Estados a la Banca y a determinados sectores económicos no son inflacionarias, muchos sospechan que esto no es así y que finalmente la inflación llegará a través de las materias primas principalmente. Vemos lo que está ocurriendo con los cereales (más información), que han caído en las redes de la especulación con derivados, y que tendrá grandes repercusiones en el IPC, afectando principalmente, como siempre, a las rentas más bajas. El petróleo también muestra valores al alza.
La realidad es que los datos de inflación de muchos países muestran ascensos. A destacar China.
Ya sabemos que las deudas, con inflación, se reducen. Un cierto grado de inflación controlado (5-6%) sería bienvenido por todos los países. Ayudaría a reducir sus deudas y reduciría aún más los salarios, quienes pagarían la factura, que es de lo que se trata.
Seguirán estirando la cuerda hasta que se rompa definitivamente. Reducirán la renta disponible del trabajador hasta pasarse de vueltas y encontrarse así con el definitivo crack de la demanda. Aprendices de brujo.
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