lunes, febrero 15, 2010

Ayuntamiento de Barcelona: ¡a por las motos!

Podríamos hacer una lista muy extensa de las obligaciones de nuestros gobernantes. Los hemos elegidos para eso, para que las cumplan y es que los ciudadanos aún tenemos derechos.

Pues bien, en vez de dedicarse a sus obligaciones se dedican a tareas varias, muchas de ellas a veces delictivas, y otras orientadas a cualquier cosa menos para lo que se les ha elegido.

Así tenemos ahora a los Ayuntamientos, que acabada la fiesta inmobiliaria, que les propiciaba inmensos ingresos a muchos de ellos, ahora no saben de donde sacar el dinero que tape el agujero.

Cualquier estudiante de economía les diría a esta gente que lo que procede es hacer un Presupuesto Base Cero, presupuesto basado en la idea de que cada uno de los gastos debe estar perfectamente justificados, y evitar así que éstos sean fijados en función de los gastos del año anterior, como se hace en numerosas ocasiones, y sin tener en cuenta si son realmente necesarios. Es decir, se estudia cada una de las partidas del gasto y se decide si es correcto seguir manteniéndola en tiempos de crisis. ¡Hay que ver la incapacidad que hay para recortar gastos! Pero esto da mucho trabajo. Hay que buscar cosas más sencillas.

Lo más fácil, por lo tanto, es el sistema medieval, o sea lo que hacía el señor feudal: aumentaba los tributos y si aún con esto no llegaba, pues salía del castillo con sus caballeros, todos ellos con una buena maza en la mano, y le sacaba al personal los maravedís con mamporros si era menester y volvía al torreón con las albardas llenas.

El Ayuntamiento de Barcelona, que además de no reducir los gastos, los aumenta intentando montar una perogrullada máxima, una Olimpíada de Invierno con sede en una ciudad Mediterránea (¡esto si que es rizar el rizo!) no dudará en subir impuestos como el IBI, impuesto del cual no te puedes escapar, porque no te puedes ir a vivir debajo de un puente, o sea que por aquí estamos pillados sin arreglo.

Pero como con estos maravedís no es, ni será, suficiente, habrá que sacarnos el dinero por la fuerza y ya han descubierto un filón que, mira por donde, ya hace días que lo sospechaba. Nuestro inteligente Ayuntamiento ha descubierto la mina de oro: los motoristas.

Como somos unos 266.000 (los de la ciudad, pero además entran unos 55.000 cada día), los ojitos se les han puesto de color rosa con la calculadora. Una multa al año a todo esta gente y ¡uf! las cuentas lo agradecen. De hecho es la misma fórmula utilizada por la Generalitat en los accesos por carretera, bajando la velocidad a niveles ridículos y obteniendo así unos ingresos increíbles. Ahora como la gente ya se ha adaptado, hablan de bajarla de nuevo. Ya lo comenté un día y veo que no me equivoqué. La receta no tiene límite y esto se está convirtiendo en expropiación directa de los bolsillos del ciudadano. En realidad es una tomadura de pelo. ¿Qué han hecho los conductores de Barcelona para merecer esto?

Pero volvamos a las motos. A mí hace siglos que no me multan circulando por la ciudad, y en moto no me han multado nunca. Pero el otro día casi lo hicieron. Me pararon dos guardias urbanos de los de a pie (o sea que movilizan ya todos los efectivos para multar) y sorprendido me quedé, ya que ignoraba cual era mi infracción.

Y es que los cerebros del Ayuntamiento son muy listos. Se trata de crear cotos de caza. Hay sitios que solo falta que se pongan ya mesa de despacho (el ejemplo más impresionante, lo vi durante meses, en Aragón/Aribau, donde estaban (¿o están aún?) absolutamente todas las mañanas, sin falta, cazando pardillos).

¿Cómo se crea un coto de caza de multas? Muy fácil. En los semáforos cuando tienes el verde y giras en un cruce, ya sea a izquierda o derecha, te encuentras un paso de peatones nada más girar, en el que la moto/coche tienen el ámbar y el peatón el verde.
¿Qué haces? Aflojas y si no hay peatones pasas tranquilamente.

Pues el truco que ha ideado nuestro Ayuntamiento es cambiar el ámbar por un rojo. Pero no en todos claro, ya que nos acostumbraríamos y así no se multa. Se trata de hacer las cosas de forma que sean impredecibles. Lo hace en unos pocos semáforos para que, confiados en que siempre funcionan igual, sigas la costumbre… y te pillé pardillo. Allí aparecen los “guardias del terminal” (antes eran “los de la porra”) para adjudicarte una subvención voluntaria a las Olimpíadas del Sr. Hereu (alcalde, de momento, de nuestra ciudad).

Aún me estoy riendo, porque cuando me pararon para multarme por esta razón (Ronda/Balmes) se les fue la mano parando absolutamente todas las motos que giraron, porque todas cayeron tontamente (¿son esto sanciones para reducir la peligrosidad viaria?). Como empecé a renegar en hebreo una vez enterado de mi “infracción”, me dijeron que me fuese y no molestase, ya que tenían tajo suficiente para buen rato.

Casualmente en las dos últimas semanas a mi hija le ha pasado lo mismo dos veces y por otras razones a cual más esperpéntica. Una se libró y en otra pagó.
Por lo tanto ya empezaba a tener claro que la veda estaba abierta.

Pero ahora viene lo mejor y por eso escribo estas líneas. Se trata ahora (¡menuda inversión!
, coste de 259.000 euros) de colocar cámaras especiales para multar motos en cincuenta de los cruces más peligrosos de la ciudad. Lo de peligrosos es un eufemismo, ya que evidentemente serán lo cruces en los que pasan más motos por hora.

He aquí las cuatro razones que provocan más accidentes según esta gente y que justifican las cámaras: los giros indebidos a excesiva velocidad, las distracciones, la desobediencia de señales y los cambios de carril mal hechos, como la invasión del carril contrario para adelantar cuando los coches están parados.

Pues con las cámaras de todas estas infracciones no pillarán ni una. Sólo pillaran los semáforos y vale.

El Sr. Hereu ha empezado un camino sin retorno. Hay que poner en marcha una campaña para que este señor no repita mandato. Hay que echarlo, por incompetente (Olimpíadas) y por actuar como los señores medievales (sacarnos el dinero como sea).

Naturalmente, como con las limitaciones de velocidad, nos dirán que es por nuestro bien, que seguro que así habrá menos accidentes. Es perverso todo esto. El único recurso que nos queda es enviar al cuerno a toda esta caterva de incompetentes e ineptos.

De momento ya tienen dos votos menos. A este paso tendrán 266.000 menos mínimo ya que probablemente el que va de paquete también se enfadará.

Hay que hacer una jornada de protesta. Salir un día concreto todas las motos de los semáforos a cámara lenta y circular a 50 Km. y comportarnos exactamente como coches. A reglamento. Verá el Sr. Hereu lo que le ocurrirá al tráfico (y además no ingresará maravedís) de Barcelona.

Por cierto, ¿cuando ya todo el mundo se sepa de memoria los 50 cruces, pondrá otras 50 cámaras y así sin fin hasta convertir esto en el Gran Hermano? ¿Habrá al final más gente multando que produciendo? No me extraña que tengamos crisis. ¡Esto si que es un modelo productivo!

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