jueves, julio 10, 2008

Bancos, Cajas, inmobiliarias y constructoras en viaje hacia el infierno.

Y arrastrando al resto de la economía en su viaje.
Pero vayamos por partes. Primero el sector financiero.
Hemos visto hace pocos días como se rebajaba el rating, o sea la clasificación crediticia de dos entidades (CAM y Bancaja) y como otras tres (Banco Popular, Banco Pastor y Caja Madrid), aunque no se rebaja, se avisa de que su perspectiva pasa de estable a negativa. Estas rebajas encarecerán el coste del dinero para estas entidades, lo que significa menos margen.
Por otra parte la morosidad no es que aumente, es que va al galope y ya se habla del 4% para el 2009. Siguen afirmando que con las provisiones efectuadas no hay aún problema (ver mi post titulado Colchón o fina estera playera), pero si va más allá del 2009 o amplia su volumen veremos a muchas entidades financieras con sus beneficios reducidos a la nada (aunque juran que hasta el 10% aquí no pasa nada. Quiero verlo).
El problema se puede producir si cae alguna de las grandes inmobiliarias, dadas las consecuencias en cadena que originarían en toda la estructura económica. Y esto no hay que descartarlo, ya que no se puede estar perdiendo dinero eternamente, como le ocurre a Martinsa-Fadesa. No todo se resuelve financiando la deuda (creo que hoy ha recibido el préstamo del Estado esperado, a través del ICO, condición que habían fijado los bancos que renegociaron su deuda. ¿Os acordáis de aquellos neoliberales que decían que el Estado no debía intervenir?. Ahora están calladísimos).
Vemos como muchos Bancos/Cajas están liquidando negocios y activos, ya que la falta de liquidez es absoluta. Aseguradoras y carteras industriales se están vendiendo al mejor postor. Por otro lado se ensayan nuevas vías en alguna Caja para así obtener liquidez, como las Cuotas Participativas que sacará a Bolsa la CAM.

Si miramos en EEUU, vemos que el problema inmobiliario y bancario no ha tocado fondo. Así tenemos está semana el hundimiento en bolsa de Fannie Mae y Freddie Mac ante las dudas sobre su solvencia. En lo que va de año han perdido un 80% de su valor en bolsa. Casi nada. Y vemos otra vez a bancos padeciendo las consecuencias. Ahora es el Wachovia de nuevo. Por lo tanto, la explosión de nuestra burbuja, tan parecida a la yanqui, nos llevará a un largo y amargo recorrido.

Ni hay dinero (ni se quiere el riesgo) para prestarlo en el sector inmobiliario (promotores y constructores), ni para financiar la compra de vivienda.
Véase el problema actual: si solicitan un préstamo hipotecario de 100, sólo les van financiar el 80%, pero es que dentro de poco será menos, porque tanto la banca como los promotores son conscientes que la pérdida de valor rondará el 40%.
Y esta valoración a la baja está ocurriendo ya. Cuando un banco realiza garantías quedándose activos por impago, acepta estos activos pero reduciendo un 40% de valor. Hace pocos días era una inmobiliaria la que directamente lo anunciaba: 20 o 30% de descenso de su valor en un año.

¿Qué pasa cuando hay una inmensa oferta de pisos construidos y en construcción y la demanda se retrae y por dos motivos a la vez: no se pueden pagar esos precios por su elevado coste de financiación y/o no se pueden pagar porque hay inseguridad respecto al futuro laboral?
La respuesta es de libro: se hunden los precios. No hay otra salida.
Culpar a la banca de que no presta es una falacia. Nadie compra. Más aún, nadie va a visitar un piso, ¿para qué?. Hundimiento total del mercado. Un final típico de burbuja.

Y ahora la segunda parte.
Pero no sólo es la vivienda. Ya sabemos que estamos en crecimiento cero. Y el próximo trimestre podría ser negativo. Es decir se va a empezar a destruir empleo. Y el consumo se va a hundir. Otro problema añadido y en cadena que le cae a la banca. Por un lado vemos como la venta de automóviles y motocicletas está cayendo el 30%. Esto significa menor negocio en los préstamos al consumo, que siempre dejan muy buenos márgenes a las entidades bancarias, pero por otro lado la morosidad no va a venir sólo por el lado hipotecario: veremos embargar muchos coches, con un mercado de segunda mano suculento, que aún hundirá más las ventas del mercado de primera mano.

Las caídas hacia abajo producen encadenamientos múltiples. Es como un remolino que va ampliando su diámetro y casi nadie se escapa de él.


Y la canción apropiada para la ocasión es ROAD TO HELL, de Chris Rea.


Well I'm standing by a river
But the water doesn't flow
It boils with every poison you can think of

And I'm underneath the streetlights
But the light of joy I know
Scared beyond belief way down in the shadows

And the perverted fear of violence
Chokes a smile on every face
And common sense is ringing out the bells

This ain't no technological breakdown
Oh no, this is the road to Hell
And all the roads jam up with credit
And there's nothing you can do
It's all just bits of paper
Flying away from you
Look out world take a good look
What comes down here
You must learn this lesson fast
And learn it well
This ain't no upwardly mobile freeway
Oh no, this is the road to Hell

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que describes, con sus referencias correspondientes, lo que está pasando, tiene diferentes niveles de explicación, o de consciencia, lo mismo que en una estampida hay quienes sólo corren y hay quienes además saben por qué se corre.

Hoy he leído un texto muy "explicativo":

THE DEBT-PROPELLED ECONOMY, de Henry C K Liu.
(...)
But the most fundamental aspect of a debt economy is that it cannot sustain a slow down, even a soft landing. If Greenspan were better versed in debt economics, he would have understood that a debt bubble, unlike the conventional business cycle, cannot survive the slightest deflation.
(...)

Parece que estamos entrando en la década perdida global. Esperemos que sólo sea una década.

Ambrosio

Anónimo dijo...

Kiiiim,
¿per fí podré comprar-me un pissss???? L´any vinent??
Saluatcionssss
Victor manco.

 
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