La cima, llamada "pica del Canigó", tiene
2.784 metros (2.786 m. en mi GPS). A pesar de su moderada altura, fue considerada la montaña más alta de los Pirineos debido al brusco desnivel que la separa de la llanura del Rosellón, haciéndola más impresionante que otras montañas más encajonadas y situadas entre valles más altos.
Cuando los griegos, a partir del 575 a.c. llegaban a Ampurias navegando sin GPS, esta montaña (tan cercana ya al mar, última cumbre importante antes de que los Pirineos mueran en el cabo de Creus), era su faro y guía.
El Canigó lo hizo además famoso
Mosén Cinto Verdaguer que en sus últimos años escribió una obra con este título (y que
podéis ver aquí, porque no os la vais a leer).
A sus pies se encuentran Monasterios Románicos de lo mejor:
San Miquel de Cuixà,
San Martín del Canigó y el
Priorato de Serrabona, que merecerán otra excursión cuando mi santa acabe las oposiciones en las que se encuentra enfrascada.
Y el pueblo donde parte la carretera que sube al Refugio de Merialles, punto de partida de la ascensión, es
Villafranca del Conflent (
Villafranche du Conflent), preciosa villa amurallada que merece una visita. Justo al lado se encuentra
Prades, pueblo refugio de la burguesía catalana durante la guerra civil. Uno de los refugiados más destacados fue
Pau Casals. Hay en día se celebran unos importantes
festivales de música clásica que llevan su nombre.
Finalizada la introducción voy a relatar las ascensión, que se resume así: hay que echarle ganas.
Hacerla en el día desde Barcelona es durillo. Primero porque son 500 Km. en coche, ida y vuelta. Segundo porque el tramo final es una larga pista no muy bien cuidada en algunos tramos y que se me hizo eterna. Tercero porque la ascensión es larga.
Como he subido muchas cumbres, en mi opinión no estaría entre las 50 más bellas. Pero evidentemente vale la pena. Puede que su masificación le quite un poco de encanto y es que a esta cumbre se puede subir por dos vertientes. Yo escogí la más agreste, ya que su final es una chimenea de I grado, que acaba en la misma cumbre, lo que le da un plus de emoción y belleza. A destacar que las alfombras de flores que hay en su recorrido son espectaculares. Ver toda la ladera de una montaña coloreada de rojo por los rododendros no es muy frecuente.
Lo de la “propina” en el título es porque, alterando mis normales procedimientos, me planté en el
Refugio de Merialles con el GPS, pero sin mapa. Como sube tanta gente, no hace falta, los sigues y ya está, pensé. Y así pasó. Salían unos españoles en ese momento y les pregunte que si subían al Canigó. Contestando afirmativamente les seguí. Pues bien, tres cuartos de hora perdidos, vuelta al punto de partida y unos cuantos metros subidos y bajados inútilmente. No hay como empezar una ascensión con un buen par de rejones.
Lo de la masificación, por ambas vertientes es sorprendente, ya que en la ruta de la vertiente de Merialles, el tramo final echa para atrás visualmente. En muchas cumbres del Pirineo un tramo así hace que la gente ni se le ocurra el arrimarse. ¿Por qué aquí sí? Pues porque lo hace todo el mundo. Subir, suben. Pero bajar… menuda odisea para muchos.
Más cosas.
El camino, aparentemente amplio y bonito, es un calvario, ya que se halla lleno de sólidas piedras en punta y cuando no lleno de pequeñas piedras inestables.
Día precioso con mucha vista. Se puede ver toda la costa, especialmente la parte Norte de Perpignan. Dicen que en días muy claros puede verse Marsella y la Maladeta como puntos extremos. Impresionante.
Datos del GPS: el error ha supuesto 3,5 Km. y 110 m. de desnivel.
La ascensión: 8,65 Km. x 2 = 17, 3 Km. y 1.126 m. de desnivel (hay dos sifones en el camino).
Total 1.236 m. de desnivel y 20,8 Km. de recorrido. No está nada mal.
Horario: 50 m. el error, cuatro horas la ascensión (incluyendo paradas) y 3.25 la bajada. Media hora en la cumbre.
Punto de partida: Refugio de Merialles 1.710 m. aprox.
Ascensión en solitario (es un decir), realizada el sábado 19-7-2008.
Fotos (clicando encima se pueden ver a mayor tamaño): La de arriba en la cruz de la cumbre. Imposible salir solo.
Abajo: Refugio de Merialles y la siguiente llegando al mini-refugio Aragó. Se ve lo de las piedras en el camino.
Pasado este tramo ya se ve el cresterío final. La canal queda a la derecha de la cumbre. Las dos siguientes fotos son de la canal antes de llegar y dentro de ella. Sigue otra foto en la cumbre, vista de los pueblos al pie del macizo, y la cresta del Barbet, con su pared bien conocida por los escaladores.
A continuación el bello gráfico explicativo del horizonte hecho en cerámica y una foto de la canal bajando. Puede observarse que vienen dos fieras que llevan la bicicleta al hombro. Desde el Refugio no hay casi ningún tramo que pueda irse en bici. Iban en travesía.
Siguen tres fotos de la lujuria floral. En la última de las tres puede verse la ladera roja de rododendros. Y finalmente una para reír. ¿Lleva la parabólica en la mochila?. ¡No! Es una tienda Quechua de esas que se abren y se montan solas. Hay que tener valor para llevarla en una ascensión.