Zbigniew Brzezinski fue asesor de Seguridad Nacional del presidente demócrata Jimmy Carter desde 1977 hasta 1981.
En estos tiempos de incertidumbre es paradójico que este hombre sea el principal estratega estadounidense. A pesar de estar lejos del poder (a sus 78 años es profesor de Universidad), ha publicado varios libros muy interesantes con una exposición clara sobre los intereses estratégicos de Estados Unidos.
Publicó en 1997 un libro de amplia difusión: El gran tablero mundial. La supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos (Ed. Paidós). Posteriormente ha seguido publicando más libros y hace pocos días he acabado de leer el libro que publicó en el 2004: El dilema de EE.UU. ¿Dominación global o Liderazgo global? (Ed. Paidós).
Casualmente el sábado pasado el diario El País publicaba una pequeña entrevista titulada “El presidente Bush está fuera de la realidad” en que Brzenzinski afirma que la nueva escalada militar en Irak no sirve como solución. Podría haber solución si enviarán 500.000 soldados y arrasasen Irak de forma brutal. Esta sería la solución que les gustaría a los Neocons (conseguirían lo que decía aquel chiste: implantaremos la democracia en Irak aunque tengamos que matar a todos sus habitantes). Pero EE.UU. es una democracia y no podrán hacerlo.
Más importante es el hecho que comenta sobre lo ocurrido hace unos días cuando las tropas USA en Irak hicieron una incursión en un consulado iraní. Toda una provocación. Táctica muy antigua seguida por EE.UU. para conseguir iniciar guerras (En el Álamo contra México, en Cuba contra España, el ataque a un destructor norteamericano en el golfo de Tonkin para iniciar la guerra de Vietnam, etc., etc.).
Volviendo al libro, he encontrado materia suficiente para escribir muchos más comentarios, ya que analiza los diferente dilemas a los que se ve enfrentado EE.UU. (Inseguridad, Nuevo desorden global, Gestión de alianzas, Globalización y Democracia hegemónica). Es este último dilema, el de la democracia hegemónica, el más interesante. La reacción de EEUU a los atentados del 11-S ha roto el equilibrio tradicional entre libertad individual y seguridad nacional. El nuevo equilibrio podría transformar a EEUU en un híbrido de de democracia y autocracia (o sea fascismo) obsesionado por su seguridad y convertido en un Estado-fortaleza vigía. Por suerte la Patriot Act (ley aprobada en Octubre del 2001, que conculca muchos de los derechos civiles norteamericanos) contiene disposiciones para la revisión periódica de sus artículos, los cuales, de no ser aprobados de nuevo en votación tras cuatro años de vigencia, quedan automáticamente derogados. Hoy precisamente se ha sabido que Bush pondrá el polémico programa de escuchas telefónicas bajo la vigilancia de un tribunal específico (que nada más y nada menos se llama Tribunal de Vigilancia de la Inteligencia Internacional. George Orwell se quedó corto).
Por otra parte se acaba de publicar en edición de bolsillo el libro de Philip Roth "La conjura contra Norteamérica". Libro muy interesante y que tengo ganas de leer desde hace tiempo.
La novela de este ganador del premio Pulitzer, imagina una América gobernada por Charles Lindbergh, famoso héroe de la aviación conocido por sus ideas aislacionalistas y por su simpatía hacia el régimen nazi. Una obra magistral que especula con lo que podría haber ocurrido si Lindbergh hubiese llegado a ser nombrado candidato del partido Republicano (los más ultras del partido querían que fuese él el elegido) a la Presidencia. Recuerdo que fue nombrado Roosevelt (por suerte) y salió elegido presidente.
La tentación fascista siempre ha estado presente entre una determinada elite de EEUU y son constantes en la consecución de sus objetivos, más aún si los intereses económicos o de poder son amenazados (Véase sino como eliminaron a Kennedy y a su hermano).
En estos tiempos de incertidumbre es paradójico que este hombre sea el principal estratega estadounidense. A pesar de estar lejos del poder (a sus 78 años es profesor de Universidad), ha publicado varios libros muy interesantes con una exposición clara sobre los intereses estratégicos de Estados Unidos.
Publicó en 1997 un libro de amplia difusión: El gran tablero mundial. La supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos (Ed. Paidós). Posteriormente ha seguido publicando más libros y hace pocos días he acabado de leer el libro que publicó en el 2004: El dilema de EE.UU. ¿Dominación global o Liderazgo global? (Ed. Paidós).
Casualmente el sábado pasado el diario El País publicaba una pequeña entrevista titulada “El presidente Bush está fuera de la realidad” en que Brzenzinski afirma que la nueva escalada militar en Irak no sirve como solución. Podría haber solución si enviarán 500.000 soldados y arrasasen Irak de forma brutal. Esta sería la solución que les gustaría a los Neocons (conseguirían lo que decía aquel chiste: implantaremos la democracia en Irak aunque tengamos que matar a todos sus habitantes). Pero EE.UU. es una democracia y no podrán hacerlo.
Más importante es el hecho que comenta sobre lo ocurrido hace unos días cuando las tropas USA en Irak hicieron una incursión en un consulado iraní. Toda una provocación. Táctica muy antigua seguida por EE.UU. para conseguir iniciar guerras (En el Álamo contra México, en Cuba contra España, el ataque a un destructor norteamericano en el golfo de Tonkin para iniciar la guerra de Vietnam, etc., etc.).
Volviendo al libro, he encontrado materia suficiente para escribir muchos más comentarios, ya que analiza los diferente dilemas a los que se ve enfrentado EE.UU. (Inseguridad, Nuevo desorden global, Gestión de alianzas, Globalización y Democracia hegemónica). Es este último dilema, el de la democracia hegemónica, el más interesante. La reacción de EEUU a los atentados del 11-S ha roto el equilibrio tradicional entre libertad individual y seguridad nacional. El nuevo equilibrio podría transformar a EEUU en un híbrido de de democracia y autocracia (o sea fascismo) obsesionado por su seguridad y convertido en un Estado-fortaleza vigía. Por suerte la Patriot Act (ley aprobada en Octubre del 2001, que conculca muchos de los derechos civiles norteamericanos) contiene disposiciones para la revisión periódica de sus artículos, los cuales, de no ser aprobados de nuevo en votación tras cuatro años de vigencia, quedan automáticamente derogados. Hoy precisamente se ha sabido que Bush pondrá el polémico programa de escuchas telefónicas bajo la vigilancia de un tribunal específico (que nada más y nada menos se llama Tribunal de Vigilancia de la Inteligencia Internacional. George Orwell se quedó corto).
Por otra parte se acaba de publicar en edición de bolsillo el libro de Philip Roth "La conjura contra Norteamérica". Libro muy interesante y que tengo ganas de leer desde hace tiempo.
La novela de este ganador del premio Pulitzer, imagina una América gobernada por Charles Lindbergh, famoso héroe de la aviación conocido por sus ideas aislacionalistas y por su simpatía hacia el régimen nazi. Una obra magistral que especula con lo que podría haber ocurrido si Lindbergh hubiese llegado a ser nombrado candidato del partido Republicano (los más ultras del partido querían que fuese él el elegido) a la Presidencia. Recuerdo que fue nombrado Roosevelt (por suerte) y salió elegido presidente.
La tentación fascista siempre ha estado presente entre una determinada elite de EEUU y son constantes en la consecución de sus objetivos, más aún si los intereses económicos o de poder son amenazados (Véase sino como eliminaron a Kennedy y a su hermano).
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