PANDORA EN EL CONGO

Hacía días que no leía una novela y una gripe es una buena ocasión. Lo malo es la cadencia de lectura. Cabezadas, sopores y largas siestas se presentan con frecuencia y cuando vuelves a la lectura te das cuenta que has leído las últimas páginas en plena debacle mental. Toca volver atrás para recuperar el hilo y así sucesivamente.
Si el libro no hubiese tenido interés, con este ritmo de lectura, habría sido imposible acabarlo. Pero Pandora creo que es una buena novela, si se tiene en cuenta lo que corre por ahí (habrá que recomendarsela a Mari Pau para que aprenda). Mientras que “La pell freda” me dejó frío, este me ha entusiasmado. Un libro redondo. La trama está tan bien elaborada que hasta el autor (Albert Sanchez Piñol) incluye como eje narrativo del libro su propia elaboración y hasta se permite el lujo de auto criticarse y opinar sobre las decisiones que va tomando en su construcción.
Toda una galería de personajes de primera fila (podríamos casi hablar de seis protagonistas) y bastantes secundarios muy bien construidos y consistentes.
Lo mejor del libro (al igual que el anterior): el conocimiento de la condición humana. Se nota que Albert Sanchez ha leído a Conrad y Kurtz está presente.