Empieza el año con más de todo. La caza del consumidor ya hace tiempo que tiene la veda levantada y los precios de todos los bienes van aumentando al galope. Nada más dar las doce campanadas, multitud de empresas han comunicado sus aumentos de precios, que naturalmente están por encima del dato oficial de inflación. Lo maravilloso es que este dato de IPC oficial nos indica que los precios bajan. Maravillas de las estadísticas. Sin embargo un estudio de la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios ha analizado los precios de 59 productos y servicios cotidianos desde el año 2001 y nos dice que los precios cotidianos han subido un 60% desde la aparición del euro.
Así, según la CEACCU, la barra de pan ha subido el 100%, la carne de cerdo y la de bacaladilla se han encarecido el 75% y una bolsa de aperitivos cuesta el 107,7 % más. La cerveza, por su parte, es un 99,6%, y un café con leche cuesta un 80% más que en 2001. Un menú del día cuesta el 66% más que cuando se pagaba en pesetas, el mismo porcentaje en que se han encarecido las fiestas de cumpleaños. La matrícula de la universidad, asegura el informe, cuesta un 90,2% más; entrar a un museo se ha encarecido el 100% y los cursos de idiomas en el extranjero han subido el 156,3%. Más llamativos aún son los encarecimientos del décimo de lotería (un 232,7% más caro), de la bajada de bandera del taxi (224%) o del metro cuadrado de la vivienda (156%). La CEACCU también ha estudiado las subidas en prendas de ropa, como los vaqueros, que asegura son un 61,2% más caros, o las zapatillas deportivas, que en los cinco años con el euro han subido el 47,8%. En este periodo en el que ha mejorado el uso de las tecnologías, el teléfono móvil se vende un 66% más caro. La cuota mensual telefónica es un 36% más cara, según el estudio, y también es considerable, de un 58%, el incremento del precio de los servicios postales.
Como los salarios no suben a este ritmo, la renta disponible se va reduciendo. Ya tenemos datos de que las ventas de automóviles han bajado un 2%, pero si se deducen las automatriculaciones de los distribuidores el descenso es del ¡8%!.
¿Y los pisos? Nos dicen que siguen aumentando sus precios, pero menos. Pero nos hablan de promedios anuales y los datos los proporcionan las sociedades de tasación, interesadas en que la fiesta no decaiga y que los precios sigan aumentando. Pera es evidente que están falseando la realidad, que ya es otra, y un artículo de La Vanguardia de ayer nos habla ya de rebajas sustanciales en los precios (de momento no reducen precios, hacen descuentos) y nos dice que el poder ya está en manos del comprador. Pronto empezaremos a ver carreras a la baja, ya que la oferta sigue aumentando (se esperan construir otras 800.000 viviendas en el 2007, una auténtica locura) y los tipos de interés también encarecen su compra. ¡A cuántas promotoras veremos quebrar! Es increíble leer que el crédito del Sector Bancario ha crecido un 20% en el 2006 y un 60% de este aumento está ligado a la pujanza del sector inmobiliario. Me encanta lo de la palabra pujanza. Habrá que incluirla en el diccionario de sinónimos como equivalente a burbuja.
Lo importante de este artículo es que ¡por primera vez! dice que lo que hay que hacer ahora, por parte de los compradores, es esperar unos cuantos meses ya que bajarán más. Yo creo que la espiral a la baja ya se ha iniciado. Ahora vendrán los nervios de los muchos especuladores que han comprado un piso con la “seguridad” de que su precio no iba a bajar nunca.
También nuestro ministro de economía nos aporta más optimismo. Dice que las familias tiene más que deben (los activos superan los pasivos) y por lo tanto todos tranquilos. La frase no tiene desperdicio. Solbes ha cogido la calculadora y ha demostrado que sabe sumar. Pero posiblemente no ha caído en la cuenta de que los que tienen no deben, y que los que deben no tienen. Un pequeño detalle que se le ha escapado. Los problemas con los aumentos de tipos, querido ministro, los tendrán los que deben y no tienen y el vecino que tiene y no debe, no les va a solucionar el problema. A nivel macroeconómico la comparación que efectúa es totalmente irrelevante. ¿Habéis visto si Solbes últimamente se toma un carajillo antes de hacer declaraciones?
Y 2007 también tendrá más caspa. Después de ver la supercaspa que invade irremediablemente (y con pocas excepciones) las televisiones en la nochevieja, asistimos ahora a la creación de nuevos personajes casposos. Parece como una maldición de la que no nos libraremos nunca. El cine español ha producido caspa en dosis inigualables durante la era franquista (Alfredo Landa, Carmen Sevilla, José Luis López Vázquez, Tony Leblanc y los insuperables Paco Martinez Soria y Lina Morgan y un largo etc, etc.) y la ha seguido produciendo después. Torrente es un ejemplo actual de casposidad (aunque el actor no lo sea). Ahora nos obsequian con un nuevo personaje: Cándida, la sirvienta. ¡Caspa for ever!. Y más y más...