La noticia es que el fundador de Microsoft, Bill Gates, ha decidido también apostar por el boom minero y ha invertido en la mina argentina de plata de Manantial Espejo, que con una reserva de 35 millones de onzas de plata comenzará a producir en el 2007. Otros multimillonarios como Warren Buffet, segundo hombre más rico del mundo, y el conocido rey de la especulación George Soros, le han precedido.
Bill Gates había anunciado hace pocos días que dejaba la dirección ejecutiva de Microsoft para dedicarse a tareas filantrópicas. Ahora resulta que ponerse a explotar minas es una labor filantrópica. Habrá que modificar el diccionario.
Esta noticia conecta con el artículo que hoy escribe en El PAÍS el profesor del IESE Alfredo Pastor titulado ¿Fin de ciclo? El título lo dice todo. El autor del artículo expone las dudas que se están abriendo sobre el ciclo económico actual y los miedos que hay sobre la inflación y el daño que normalmente se hace en el crecimiento económico cuando no hay más remedio que mantener los precios bajo control. Y este control se ha de hacer con anticipación. Cuando se reacciona ante hechos consumados, la inflación ya está instalada en las expectativas del consumidor.
Alfredo Pastor cita en su artículo a Hyman Minsky, un excelente economista fallecido en 1996, que analizó como nadie los mercados financieros y explicó como se desarrolla la inestabilidad financiera y como influye esta inestabilidad sobre los mercados reales. La idea básica de la obra de Minsky es que en los momentos de prosperidad, cuando el cash-flow de las empresas crece por encima de lo necesario para el pago de las deudas, se desarrolla una euforia especulativa.
Y esto conecta con los magnates que están acumulando unas cifras tan inmensas, que no sabiendo ya donde colocar su dinero, ahora han decidido acaparar las materias primas del planeta. A esto es a lo que lleva la globalización. Será interesante ver lo que ocurre con sus precios. Si ya en los últimos años están sufriendo estos bienes una explosión alcista (The Economist registra un aumento del 33%; los metales un 84% y las materias primas industriales un 62% ¡en un solo año!), ¿que ocurrirá cuando el control de estas materias esté en manos de cuatro especuladores?
En estos momentos, en Chile, los trabajadores de las minas de cobre llevan ya varios meses de huelga luchando por sus condiciones laborales, mientras los precios de este metal se han puesto por las nubes. Las contradicciones de siempre.
Bill Gates había anunciado hace pocos días que dejaba la dirección ejecutiva de Microsoft para dedicarse a tareas filantrópicas. Ahora resulta que ponerse a explotar minas es una labor filantrópica. Habrá que modificar el diccionario.
Esta noticia conecta con el artículo que hoy escribe en El PAÍS el profesor del IESE Alfredo Pastor titulado ¿Fin de ciclo? El título lo dice todo. El autor del artículo expone las dudas que se están abriendo sobre el ciclo económico actual y los miedos que hay sobre la inflación y el daño que normalmente se hace en el crecimiento económico cuando no hay más remedio que mantener los precios bajo control. Y este control se ha de hacer con anticipación. Cuando se reacciona ante hechos consumados, la inflación ya está instalada en las expectativas del consumidor.
Alfredo Pastor cita en su artículo a Hyman Minsky, un excelente economista fallecido en 1996, que analizó como nadie los mercados financieros y explicó como se desarrolla la inestabilidad financiera y como influye esta inestabilidad sobre los mercados reales. La idea básica de la obra de Minsky es que en los momentos de prosperidad, cuando el cash-flow de las empresas crece por encima de lo necesario para el pago de las deudas, se desarrolla una euforia especulativa.
Y esto conecta con los magnates que están acumulando unas cifras tan inmensas, que no sabiendo ya donde colocar su dinero, ahora han decidido acaparar las materias primas del planeta. A esto es a lo que lleva la globalización. Será interesante ver lo que ocurre con sus precios. Si ya en los últimos años están sufriendo estos bienes una explosión alcista (The Economist registra un aumento del 33%; los metales un 84% y las materias primas industriales un 62% ¡en un solo año!), ¿que ocurrirá cuando el control de estas materias esté en manos de cuatro especuladores?
En estos momentos, en Chile, los trabajadores de las minas de cobre llevan ya varios meses de huelga luchando por sus condiciones laborales, mientras los precios de este metal se han puesto por las nubes. Las contradicciones de siempre.
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