Alguna de las personas que siguen este modesto blog debe
pensar que me olvido de él. Todo lo contrario. Me gustaría cada día escribir un
poco sobre la estupidez que nos rodea y de la que hoy hemos tenido una clara
muestra (ver al final un pequeño comentario).
Lo que pasa es que se me ha ocurrido cambiar los dos
ordenadores fijos que hay en mi casa y llevo ya varios meses de locura (al
router le dio por fallar y me volvió loco durante bastantes días). Volver a poner en marcha
todo lo que había en ellos ha sido un ejercicio de paciencia y tenacidad increíble.
Y como todo cambia y avanzamos aún de forma increíble en lo tecnológico (en el
resto vamos hacia atrás), las adaptaciones que he realizado son infinitas.
Ahora mis auriculares son inalámbricos, la radio la escucho por Internet (Swiss Radio, en sus tres variantes Pop/Clásica/Jazz es una auténtica
joya y se puede oír en el ordenador y en el teléfono bajando las App's de cada cadena) y la música
que reside ya en el ordenador (98.000 títulos) la puedo enviar por inalámbrico
al equipo de música o a los auriculares. Se acabó grabar CD’s y pendrives (en el coche sí que he de llevar el pendrive o el Ipod).
El Microsoft Office 2013 incorpora el OneNote. Todo un
descubrimiento para poder guardarme todos mis apuntes y enlaces sobre lo que
ocurre cada día.
Volar con el Flight Simulator se ha vuelto una locura, ya
que al ser el ordenador tan potente puedo utilizarlo al máximo de rendimiento
en todos sus aspectos (sueño acariciado durante años y años que he volado virtualmente). Una tentación diaria el darse un paseo por cualquier parte
del mundo.
Volando por el Báltico de Kaliningrado a Helsinki y a San Petersburgo en un maravilloso atardecer nórdico.
Además los Reyes me han traído un avión nuevo. Bueno, en realidad es uno que ya venía utilizando, el Cessna Caravan C208B, pero el último modelo viene con el Garmin G1000 y pilotar con el último grito tecnológico era todo un reto. Total, me he pasado estas navidades leyendo el libro de Max Trescott’s sobre el tema y las horas se han ido volando, pero ahora ya vuelo con él, como puede verse en las fotos.
Volando por el Báltico de Kaliningrado a Helsinki y a San Petersburgo en un maravilloso atardecer nórdico.
Además los Reyes me han traído un avión nuevo. Bueno, en realidad es uno que ya venía utilizando, el Cessna Caravan C208B, pero el último modelo viene con el Garmin G1000 y pilotar con el último grito tecnológico era todo un reto. Total, me he pasado estas navidades leyendo el libro de Max Trescott’s sobre el tema y las horas se han ido volando, pero ahora ya vuelo con él, como puede verse en las fotos.
Y con la bicicleta esto es sensacional. Ayer y hoy no eran
días para salir a tomar el fresco, así que sin salir de casa he subido (gracias al TACX) el San Gotardo
y a continuación el Furka Pass (todo nevadito, al principio de la primavera), donde nace el Ródano, y hoy he subido el
Grimsel (¡una maravilla de puertos!) y también Montserrat desde Monistrol sin riesgo de que me chafe un autobús de peregrinos. Esta última ascensión me la he diseñado
mediante Google Earth y esto es realmente fantástico. Mañana tengo previsto un
paseo por Roma y otro por París que me he trazado hoy y a continuación, para
calentar las piernas, subiré al refugio Auronzo, en Dolomitas, desde Cortina d'Ampezzo, pasando por Misurina. Si a esto le
añadimos que todo lo que hago (ya sea en casa o en la carretera) se graba y
puedo analizarlo a través del programa WKO+ Training Peaks y el software Isaac del Ibike Newton
(que es el aparato que llevo en el manillar en carretera), uno puede medir el funcionamiento del cuerpo
sobre la bici de una forma increíble y diseñar el entrenamiento de forma desconocida hasta la fecha.
Estoy aprendiendo mucho siguiendo los métodos aplicados por
el Sky (ganadores de los dos últimos Tours) y que conozco gracias al
sensacional libro Training and Racing with a Power Meter de Hunter Allen and Andrew Coggan. Impagable lo que he aprendido y la utilidad que me da. Gracias a
ello, a mi edad, puedo hacer lo que hago sobre la bici. Lástima el no tener veinte añitos...
Y naturalmente me he leído la historia del Sky (El límite es el cielo).
Pero es que además participo en carreras virtuales con otras personas de todo el planeta, por lugares de lo más variado, o sigo recorridos efectuados por otras personas y que están a mi disposición (cada día hay un montón).
Pero es que además participo en carreras virtuales con otras personas de todo el planeta, por lugares de lo más variado, o sigo recorridos efectuados por otras personas y que están a mi disposición (cada día hay un montón).
Y aún hay muchas cosas más que devoran mi tiempo (la bici
son tres horas diarias en promedio), incluidas miniguarradas bancarias (no les
perdono ni un euro) que me han gastado bancos varios y cosas que instalas continuamente en el teléfono, como el detector de radares, y esa es la razón de que el blog pase a segundo plano.
Espero que el tornado come-tiempo pase pronto. Aún así queda tiempo para leer algo y la joya de los últimos días ha sido el libro "Cuando los físicos asaltaron los mercados" de James Weatherall. Realmente interesante.
Y además estoy empollando el nuevo Pinnacle Studio 17, para hacer clips de vídeo. Todo un mundo que avanza a pasos agigantados.
Nota:
Nota:
La muestra de ineptitud la ha dado hoy, una vez más, el
ministro Wert.
Los alumnos de primaria y secundaria –etapas de educación
obligatoria- no tienen acceso a las becas generales, destinadas a la
posobligatoria: una minoría de estudiantes de bachillerato y FP Superior, y
sobre todo, las matrículas de los universitarios.
Sin embargo, esta mañana, en un foro organizado por El Economista, el ministro de Educación José Ignacio Wert recomendaba a las
familias españolas humildes gastar parte de estas ayudas en la compra de los
libros de texto.
Queda claro que no sabe lo que lleva entre manos y que no es
más que un pelele al que han puesto para dar la cara los que realmente han
diseñado la reforma (a peor) de la educación.
1 comentario:
Bendita Jubilación tocayo!
Me has dado un par de buenas ideas y mucha envidia (que podrías haber subido a “muchísima” si le hubieras incluido alguna escapadita por el pirineo).
Cuídate
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