Esta Semana Santa visité las tierras del Montsec, pasando
por estos dos puertos, los cuales enseguida anoté en mi agenda ciclista. La
revista de ciclismo Pedalier num. 55 proponía un duro circuito haciendo estos
dos puertos en trayecto circular (totalmente por tierras catalanas ya que no se
entra en Puente de Montañana), añadiendo una subida adicional cuando pasa por
el Castillo de Mur.
El Coll d’Ares era una pista que se asfaltó en el 2007,
principalmente porque facilita el acceso a los muchos parapentistas que vuelan
desde esta sierra aprovechando las térmicas que se generan en la vertiente sur
y porque aquí se estableció un centro de investigación y divulgación
astronómica. Las tierras del Montsec son privilegiadas en este tema (cielos
diáfanos y ausencia de contaminación lumínica y de lluvia).
Ver artículo reciente sobre este tema en El Periódico.
Pero 2007 queda muy lejos y hoy en día ya no hay dinero para
mantener estas carreteras que evidentemente no son prioritarias. Por lo tanto
vamos a asistir a su deterioro gradual tal como ya puede irse comprobando. No
hay dinero ya para estas cosas. Leer los siguientes artículos sobre esto:
1 -
2 -
3)
Recorrido por lo tanto duro precisamente por eso, por el
deterioro de la carretera. Pronto algunos tramos requerirán bicicleta de
montaña.
Saliendo de Barcelona pronto por la mañana aparqué en el
Restaurante del Lago en Cellers y a las diez salí en dirección sur, atravesando
Terradets, donde como ya es habitual soplaba una rasca tremenda en dirección
contraria a mis pedaladas. De Cellers a Terradets hay dos túneles, pero hacen
bajada y están iluminados. Si se quiera evitarlos se puede pasar por carretera
alternativa por el otro lado del río. Pero hacia fresco de verdad y al menos la
ribera de los túneles estaba soleada.
Pasado Terradets giré a la derecha dirección Ager. Crucé de
nuevo el Noguera Pallaresa, que bajaba a punto de desbordarse tal es la
cantidad de nieve acumulada que hay este año.
Para llegar a Ager ya hay que subir. Aquí pasé del frío al
calor rápidamente y cuando giré a la derecha en el pueblo (dejando la buena
carretera) para encarar la subida a Coll d’Ares (llevaba unos dieciocho kms.) ya
sobraba toda la ropa. Es la primera vez que veo un cartel en la carretera que
prohíbe circular a los coches con luces largas por la noche, para no perjudicar
la visión del observatorio.
El Centro de Observación Astronómica del Montsec está al
inicio del puerto, a 800 m.
de altura. Me llegué un momento por curiosidad, ya que hay que desviarse muy
poco.
El Coll d’Ares es durillo, pero sin pasarse. Ausencia total de tráfico (sólo
dos coches de parapentistas y un colega en bici bajando) y tranquilidad
absoluta. El collado supera los 1.500
m. y la vista desde arriba es espléndida, especialmente
hacia el Pirineo que aún se ve muy nevado. Solo dos parapentes en el cielo. Los
lunes hay escasez de practicantes.
Vista del Observatorio subiendo el puerto.
Panel informativo en el Obsevatorio.
Coll d'Ares
Mientras que la subida está aceptable, en la bajada hay que
ser muy cuidadosos. Gravilla, agujeros y tramos sin asfalto y muy, pero que muy
estrecha. Por suerte no me encontré ni un solo coche ya que a veces no hay más
remedio que elegir el lado contrario de la carretera para evitar los problemas.
Pensaba que al llegar a
Alsamora la cosa cambiaría, pensando
que un pueblo habitado tendría la comunicación más adecentada, pero no. A
partir de este pueblo empeora bastante la carretera que no se arregla hasta que
llegamos al Noguera Ribagorzana y compartimos la carretera con la que accede al
congosto de Montrebei. Aún así se sigue pedaleando con problemas. Hay que
seguir parando atención.
Torre de Alsamora
Tramo de subidas y bajadas al lado del río hasta llegar a
Puente de Montañana (Pont de Montanyana en el nuevo idioma descubierto por el
PP, o sea el LAPAO. Ver mapa de la geografía del LAPAO al final del artículo), aunque no entraremos en el pueblo ya que tomaremos
directamente la carretera que lleva a Tremp por el Alt de Montllobar.
Aquí el sol ya pegaba de valiente. Pronto será imposible circular
por aquí con la bici si no es a primera hora. Montllobar está perfectamente
asfaltado (¡por fin!) y el tráfico era mínimo, apareciendo los primeros moteros
del día (gabachos). Este puerto es más fácil que el Coll d’Ares, por suerte, ya
que la deshidratación amenazaba seriamente. Para facilitar el pedaleo en la
parte alta soplaba viento fresco que refrigeró el radiador.
Tremp desde el Alt de Montllobar
Bajé Montlobar a toda pastilla. Ya tenía ganas porque la
bajada de Coll d’Ares la había hecho a cámara lenta. Cuatro kilómetros más
abajo aparece el desvío hacia Puigverd. Siguen nueve kilómetros de carretera
estrecha y en no muy buen estado, por lo que hay que ir de nuevo ojo avizor,
que nos llevará al Castillo de Mur. Primero bajaremos, pero a medida que nos
aproximemos al castillo tendremos que volver a subir.
Hay una excelente fuente en el recorrido poco después de
Vilamolat de Mur, con su mesa y sillas de piedra. Tráfico inexistente (un coche
y un tractor que circulaba como un Ferrari y oyendo como venía puse pie a
tierra con gran acierto ya que no dejó hueco ni para una bici).
Fuente
Creía recordar que pasado el Castillo de Mur ya todo era
bajada pero aún encontré una corta subida. Finalizó el suplicio al salir a la
carretera que viene de Sant Esteve de la Sagra, ya más ancha y en condiciones,
pero la felicidad no fue completa ya que hay tramos en que se oye crepitar una
microgravilla que no da ninguna confianza.
Llegando al Castillo de Mur. Tremp queda a la izquierda.
Tanto es así que en Guardia de Noguera hay un tramo al 9-10%
en el cual la bicicleta se desboca, pero que preferí controlar bastante (con las ganas que tenía de dejarme ir) porque un
frenazo fuerte podía estropearme el día, justo cuando ya finalizaba.
Volviendo al Pallaresa. Guardia de Noguera.
Y finalmente se alcanza la ribera del Noguera Pallaresa de
nuevo y tomé la excelente carretera que baja de Tremp (tráfico de nuevo) y llaneando volví a los orígenes en Cellers.
93,5
km. y 2.078
m. de desnivel acumulado.
Una vez y no más. El Coll d’Ares se puede subir desde Ager,
pero volviendo a bajar a dicha población (evitar bajar por la otra vertiente). El Coll de Montllobar está en perfecto estado.
Click en las fotos para verlas a mayor tamaño.