sábado, diciembre 01, 2012

Quien manda, manda (o sea, la banca)

Cinco minutos después de confirmarse que CiU se había estrellado y que el gobierno de Catalunya quedaba en manos de un posible pacto CiU-ERC (ya que era imposible de momento la bajada de pantalones de Mas ante el PP, aunque todo llegará), por lo que parece Fainé llamó corriendo a Guindos y a Montoro.

Y es que en la lista de requerimientos de ERC para pactar con CiU estaba el de imponer un impuesto a los depósitos bancarios, al estilo del que se había implementado en Extremadura, Canarias y Andalucía (Asturias pretende implantarlo).

Hasta aquí hemos llegado, dijo Fainé, y rápidamente los cerebros pensantes del Estado español se pusieron a trabajar. ¿Cómo podemos evitar que la izquierda radical, el rojerío que viene (véase el infame editorial de El País) se salga con la suya? ¿Qué es eso de que la banca pague la crisis? ¡Hasta ahí podíamos llegar!

Y ayer los cerebros pensantes se salieron con la suya. Como la ley impide que un mismo impuesto lo imponga la administración central y una autonomía, en caso de que los dos quieran gravar un mismo hecho imponible, pues priva el de la Administración Central.

Dicho y hecho. El Estado va a imponer un impuesto a los depósitos, de forma que las autonomías no podrán hacerlo. Extremadura, Canarias y Andalucía se quedan sin esos ingresos, aunque la administración dice que les compensará. Pero lo que evitamos es que los rojos independentistas de Catalunya se salgan con la suya.

¿Y que impuesto pone el Estado? Pues CERO. El estado inventa por primera vez un impuesto cuyo tipo es cero y luego dirán que los españoles no sabemos inventar. Un auténtico fraude de ley, pero como ya todo está permitido y se han cruzado todas las líneas rojas posibles, pues una más ya tanto da.

Y que a nadie se le ocurra ir a los Tribunales, ya que si se intentan denunciar el hecho de que un impuesto con tipo cero no es un impuesto, pues entonces le pondrán un tipo del 0,0001% y asunto arreglado.

Pero la cosa no queda aquí. Aprovechando la llamada Fainé pidió algo más. A la vista de que el rojerío puede controlar la Generalitat y esta tiene su peso en La Caixa, ¿por qué no cambiar el estatus de La Caixa, no sea que estos de ERC nos toquen el violín?

También dicho y hecho. En cinco minutos solucionado y así el gobierno ha enviado una propuesta a Bruselas para “abordar la transformación de las cajas de ejercicio indirecto (aquellas que han traspasado su actividad financiera a un banco) en fundaciones bancarias en el caso de que mantengan participaciones significativas en una entidad de crédito o en fundaciones ordinarias, en caso contrario". Aparentemente, por tanto, no conservarán el carácter de caja ni las entidades sanas que han traspasado su negocio a un banco (como Kutxabank, La Caixa, Unicaja o Ibercaja) ni aquellas que han perdido su participación o están en vías de perderla, como Caja Madrid, Bancaja, Novacaixagalicia o CatalunyaCaixa, entre otras muchas.

Aquí, quien manda, manda, y el Gobierno se desvive para modificar las leyes de acuerdo a los deseos de la Banca. Faltaría más.

Y la izquierda que siga buscando como meterle mano a la Banca para que pague el pollo que ha montado.

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