En realidad, después de la nevada caída, era una excursión de pleno invierno, aunque mucho frío no hacía y la nevada había sido magnificada por los medios (como está mandado) para que las estaciones de esquí empezaran la temporada con buen pie (les deseo buena suerte, que falta les hará).
Así que planeamos una larga y poco complicada excursión con raquetas por el Valle de Estós, hasta llegar al refugio (ida y vuelta en el día). Pero la nevada, inferior al palmo, y la mucha gente que ya pisó el recorrido el día 6, nos permitió ir andando hasta el refugio sin ponernos las raquetas.
El día estupendo. Mucho sol nos habría dejado fritos y solo nos nevó muy ligeramente al llegar al refugio ya que “borrasqueaba” por toda la cresta. Tal como me explicaron unos que subieron a los Clarabides con raquetas (con una rasca de cuidado) en la cresta fronteriza si que hay nieve, y es que en la otra vertiente, como ya sabemos, siempre nieva mucho más.
Un bello recorrido en cualquier época del año.
Click en las fotos para verlas mejor.
Y en la cabaña de Turmo (ahora sin vacas) recordamos la famosa canción de Celtas Cortos, 20 de Abril del 90.
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