domingo, agosto 28, 2011

Manipulando el IPC para falsear el PIB

No necesitamos que nadie venga explicándonos que el aumento de precios que van notando nuestros bolsillos no tiene nada que ver con el IPC oficial. Los precios han subido mucho más que los porcentajes que nos van indicando.

Esto tiene dos objetivos. El primero es permanente. Se trata de conseguir que los incrementos salariales siempre sean inferiores a la inflación real, así se consigue reducirlos. Ya no digamos ahora, cuando están ya por debajo de la inflación oficial.

El otro objetivo, ahora totalmente necesario en plena crisis, es falsear la cifra de crecimiento económico.

Para calcular correctamente el PIB de una economía hay que descontar la inflación. De no hacerlo así mostraríamos cifras de crecimiento que no serían tales, ya que serían producto del aumento de los precios.

Por lo tanto el cálculo del PIB hay que ajustarlo con la inflación registrada, pero si esta es inferior a la real, estamos falseando el crecimiento, mostrando unas cifras que son superiores, cuando en realidad estaríamos en muchos países en cifras, de nuevo, negativas, o sea en recesión, como todos sospechamos.

Nada mejor que ver este gráfico, donde se muestra el PIB de EE.UU. ajustado correctamente y no como dicen las cifras oficiales. Esta diferencia se debe a que la inflación oficial (calculada por el BEA) utiliza unas cifras manipuladas. Si se utilizan las del Bureau of Labor's, entonces tenemos que la economía de EE.UU. se está hundiendo al 3,4% en el segundo trimestre del 2011.

Esto explica el pánico creciente de los mercados. Esto no marcha aunque oficialmente la orquesta del Titanic sigue mostrando cifras de crecimiento positivas. Pura mentira para evitar el pánico y reconocer que estamos de nuevo en recesión y que ahora el problema es incluso más serio que en el 2008.

Si esto ocurre en el paraíso de las estadísticas, nos podemos imaginar lo que está ocurriendo en España.

Se pone en evidencia que las medidas de austeridad van empeorando el marco económico. ¿Corregirán las autoridades el tiro? Pues no. Los talibanes económicos alemanes lo tienen claro: como mínimo siete años de hundimiento, de lento crecimiento (en el mejor de los casos, añado yo), pero tranquilos.

Actúan como muchas religiones, que prometen la felicidad en la otra vida. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, conocido talibán, así nos lo explica. Hay que sufrir en este valle de lágrimas, pero algún día el futuro nos premiará por la austeridad.

El problema es saber cuantos llegarán vivos a ese futuro prometedor en el que creen ciegamente mientras todo se derrumba a su alrededor.

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