Mitos populares hay muchos. Por ejemplo que el tabaco va mal, pero a los otros, claro. También pasa lo mismo con los accidentes de tráfico. Siempre los tienen los demás. Mitos de la cultura popular que vamos acumulando sin análisis ni razón. Uno que he oído muy frecuentemente, principalmente emitido por los amantes del sillón-ball, es decir los que no gastan ni mil calorías diarias, es que el deporte practicado con demasiada asiduidad, ya no digamos profesionalmente, es contraproducente. Incluso la cultura popular va más lejos: demasiado deporte acorta la vida. “Eso no puede ser bueno”, hemos oído más de una vez.
Es de agradecer que en los medios aparezcan de vez en cuando artículos como el de Vicent Verdú, dejando bien claro que esto es una mentira y lo que ocurre en realidad es todo lo contrario: los grandes deportistas viven más.
Vicent Verdú nos recuerda que nuestro genoma se encuentra diseñado sin variación importante desde hace más de 50.000 años. Y este modelo, que es el actual, está diseñado para consumir 3.500 calorías diarias, que es lo que necesitaban los australopitecos para cazar y conseguir la alimentación diaria.
Quienes no gastan esas calorías tienen un problema para conservar la salud y no los deportistas. Muere más gente por no hacer deporte que por hacer mucho o muchísimo. La sociedad sedentaria busca justificar su molicie y son los que realmente se dopan con kilos de gelocatil y psicofármacos (y libros de autoayuda).
Y nada mejor que leer este artículo publicado por el NYT: una nonagenaria, Olga Kotelko, que corre los 100 metros en 23,95 segundos. Un ejemplo de como la gente mayor subestima los beneficios del deporte y se pierde sus beneficios.
Y aprovecho para recomendar la lectura de este artículo sobre nutrición y otros engaños, como el de Actimel (tenían el morro de afirmar que ¡ayuda a tus defensas!) y todos esos pseudoyogures que reducen el Colesterol.
Dice la viñeta: "Me he puesto seria con lo del ejercicio. El año pasado solo fui al Gimnasio dos veces: una para darme de alta y otra para renovar".
Es de agradecer que en los medios aparezcan de vez en cuando artículos como el de Vicent Verdú, dejando bien claro que esto es una mentira y lo que ocurre en realidad es todo lo contrario: los grandes deportistas viven más.
Vicent Verdú nos recuerda que nuestro genoma se encuentra diseñado sin variación importante desde hace más de 50.000 años. Y este modelo, que es el actual, está diseñado para consumir 3.500 calorías diarias, que es lo que necesitaban los australopitecos para cazar y conseguir la alimentación diaria.
Quienes no gastan esas calorías tienen un problema para conservar la salud y no los deportistas. Muere más gente por no hacer deporte que por hacer mucho o muchísimo. La sociedad sedentaria busca justificar su molicie y son los que realmente se dopan con kilos de gelocatil y psicofármacos (y libros de autoayuda).
Y nada mejor que leer este artículo publicado por el NYT: una nonagenaria, Olga Kotelko, que corre los 100 metros en 23,95 segundos. Un ejemplo de como la gente mayor subestima los beneficios del deporte y se pierde sus beneficios.
Y aprovecho para recomendar la lectura de este artículo sobre nutrición y otros engaños, como el de Actimel (tenían el morro de afirmar que ¡ayuda a tus defensas!) y todos esos pseudoyogures que reducen el Colesterol.
Dice la viñeta: "Me he puesto seria con lo del ejercicio. El año pasado solo fui al Gimnasio dos veces: una para darme de alta y otra para renovar".
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