Ayer, después de bajar los 1.600 m. (todo lo que sube, baja) volvimos directamente desde Zinal a Saas Grund, donde habíamos dejado plantada la tienda.
Toca volver a casa ya que mi santa esta pachucha. Estos últimos días me los he pasado dejando una pasta hablando con ella por el móvil desde las alturas.
Me quedaba una semana alpina más, pero teniendo en cuenta que volvía a cambiar el tiempo, poca cosa más habría hecho. Salgo que son casi las doce de este valle-nevera y me meto 1.009 km. entre pecho y espalda, siguiendo lo que me dice el GPS, que me envía por el siempre precioso Lago Leman. Quería volver por Chamonix, pasando los collados de Le Forclaz y Les Montets, pero el marrón es impresionante y prefiero evitarlo yéndome hacia Lausana.
En la aduana de entrada a Francia desde Suiza (entro en la UE), me tocan las pelotas como nunca me había ocurrido en toda la vida circulando por Europa.
Me piden primero si llevo dinero para sobrevivir en la UE. Pero hombre, si vuelvo a casa, les digo...
Nada. ¿Llevas money? Les enseño la cartera (absurdo llevando Visas) y como hemos liquidado cuentas con Josep Emili, llevo dinero mío y el que me ha pagado por estos días. Total 1.200 euros cash. ¡Uf! Too much, horror exclaman. DNI please. ¡Uf! Apellido vasco. Y un tío solo con el coche cargado hasta arriba. Please, aparque a la izquierda. Y se llevaron el DNI a las oficinas para consultar por ordenador si era uno de los terroristas más buscados. Y mientras los tres aduaneros se dedicaron con cariño a mirarlo todo, incluidos bolsillos de mi pantalón y cajitas de barritas energéticas (¿doping?). ¡Que soy alpinista, no terrorista!, les decía, pero como ya tengo una edad no les convencía. Cuando descubrieron la bolsa con el material, casco, expreses, friends, etc. se rindieron. ¡Alé!, me dijeron, con cara de mala leche por haber perdido tanto tiempo inútilmente. Estúpidos, les dije yo (mentalmente, claro).
A las diez menos cuarto aterricé en BCN y a sus 38 grados a la sombra, pero pienso sobrevivir al cambio climático y de altura. Ahora a cuidar a mi media naranja. Vacaciones interrumpidas de momento.
Foto: Preparando el retorno ¿Cabrá de nuevo todo en el coche?
Toca volver a casa ya que mi santa esta pachucha. Estos últimos días me los he pasado dejando una pasta hablando con ella por el móvil desde las alturas.
Me quedaba una semana alpina más, pero teniendo en cuenta que volvía a cambiar el tiempo, poca cosa más habría hecho. Salgo que son casi las doce de este valle-nevera y me meto 1.009 km. entre pecho y espalda, siguiendo lo que me dice el GPS, que me envía por el siempre precioso Lago Leman. Quería volver por Chamonix, pasando los collados de Le Forclaz y Les Montets, pero el marrón es impresionante y prefiero evitarlo yéndome hacia Lausana.
En la aduana de entrada a Francia desde Suiza (entro en la UE), me tocan las pelotas como nunca me había ocurrido en toda la vida circulando por Europa.
Me piden primero si llevo dinero para sobrevivir en la UE. Pero hombre, si vuelvo a casa, les digo...
Nada. ¿Llevas money? Les enseño la cartera (absurdo llevando Visas) y como hemos liquidado cuentas con Josep Emili, llevo dinero mío y el que me ha pagado por estos días. Total 1.200 euros cash. ¡Uf! Too much, horror exclaman. DNI please. ¡Uf! Apellido vasco. Y un tío solo con el coche cargado hasta arriba. Please, aparque a la izquierda. Y se llevaron el DNI a las oficinas para consultar por ordenador si era uno de los terroristas más buscados. Y mientras los tres aduaneros se dedicaron con cariño a mirarlo todo, incluidos bolsillos de mi pantalón y cajitas de barritas energéticas (¿doping?). ¡Que soy alpinista, no terrorista!, les decía, pero como ya tengo una edad no les convencía. Cuando descubrieron la bolsa con el material, casco, expreses, friends, etc. se rindieron. ¡Alé!, me dijeron, con cara de mala leche por haber perdido tanto tiempo inútilmente. Estúpidos, les dije yo (mentalmente, claro).
A las diez menos cuarto aterricé en BCN y a sus 38 grados a la sombra, pero pienso sobrevivir al cambio climático y de altura. Ahora a cuidar a mi media naranja. Vacaciones interrumpidas de momento.
Foto: Preparando el retorno ¿Cabrá de nuevo todo en el coche?