martes, diciembre 19, 2006

¡¡¡Inmersión, Inmersión!!!


Supongo que habéis visto alguna vez una película de submarinos. Naturalmente está llena de momentos de esos en que el submarino, después de lanzar sus torpedos, es descubierto. En breves minutos se pasa de la euforia por el éxito de haber alcanzado con un torpedo un barco enemigo, al pánico más absoluto. Mientras suenan las sirenas de alarma, se oyen los gritos del oficial: ¡¡¡inmersión, inmersión!!!. Es decir,¡sálvese quién pueda!. Pero eso no se puede decir en voz alta (y menos si el submarino es alemán). Y lo único que se puede hacer en esos momentos es esperar y ver por dónde caen las cargas de profundidad (y que Dios reparta suerte).
La economía española/mundial me recuerda hoy una película de submarinos.
Ha amanecido con la noticia del descalabro de la Bolsa de Tailandia que ha bajado nada más y nada menos que un ¡16%!. Un auténtico crack.
Ha seguido con el dato de confianza de los empresarios alemanes. El más alto de los quince años, para después conocerse que en EEUU los precios industriales van a todo trapo. Consecuencia: el Euribor lo tenemos ya al 4 % (exactamente 3,962), lo que significa que ya se da por descontado que el BCE subirá 0,50% en los próximos meses. Malas (nuevamente) noticias para los hipotecados. Con el agravante del dato USA que aleja el descenso en los tipos americanos y que se suma al de hace pocos días según el cual (no podía ser de otra forma), un mes más, el agujero del déficit comercial aumenta. Y van…
Por esta y otras muchas cosas el dólar nuevamente se devalúa y va a volver al 1,33 contra el euro que alcanzó hace una semana. Nada más reconfortante para mi ego que leer hoy en EL PAÍS lo que yo ya afirmaba en un artículo, que escribí el 2 de julio, titulado Petrodólares. Y es que muchos países productores de petróleo están cambiando gradualmente sus reservas en dólares por euros. Es decir, huyen del dólar. Si esto es así el dólar puede irse a ¡1,50!.
Pero lo que realmente me ha emocionado hoy ha sido leer el artículo publicado ayer por el Wall Street Journal titulado: “Deconstruyendo España: Una vez que finalice el 'boom' inmobiliario, España volverá a la mediocridad del pasado”.
Dice Bret Stephens, autor del artículo, que "todas las fiestas se acaban, o al menos, decaen. En este caso, el mercado inmobiliario del tigre ibérico muestra defectos estructurales a los que el gobierno de centro-izquierda ha prestado escasa atención”. El diario estadounidense destaca el consumo de los españoles, mucho del cual va a parar al ladrillo. “Los precios siguen subiendo, aunque a un ritmo menor. En España, menor significa precios que a finales de septiembre aún se acercaban al 9,8% respecto al año anterior”, se asombra el editorialista.
Más dramático incluso, según el WSJ, es el boom paralelo que vive la construcción. Sólo este año se construirán 800.000 nuevas viviendas, más del doble que en Francia, que posee 17 millones de habitantes más. El porcentaje de propietarios ronda el 85%. “Compradores de segundas residencias, domésticos o extranjeros, no serán capaces de mantener una demanda de 800.000 viviendas al año”, asevera el diario. Y recuerda que más del 80% de las hipotecas españolas son variables, lo que significa que los aumentos de los tipos del Banco Central Europeo se traducen en mayores pagos mensuales.
El editorial tampoco obvia la corrupción, que también eleva los precios. “¿Cuánto puede durar el boom?”, se pregunta. “Muchos de los mayores bancos del país parecen pensar que poco, lo que explicaría el hecho de que hayan estado vendiendo sus participaciones en las principales constructoras”, se contesta.
La opinión concluye que España encara un doloroso reajuste económico: “Una corrección inmobiliaria tendría un gran impacto sobre la economía, cuyos dos motores son el consumo interno y la construcción. Éste es un ciclo que se retroalimenta y que podría derivar en un frenazo brusco”. Y es que la construcción no es el tipo de industria que da productividad para competir en una economía globalizada. Una vez que se frena, será difícil recolocar en otro sitio el exceso de mano de obra.

Más aún. Ayer, Blas Calzada, ex presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que ahora coordina el comité asesor del índice Ibex, consideró que "el BCE tendrá que subir los tipos de interés si quiere evitar que se forme una doble burbuja", bursátil e inmobiliaria, y que "estalle de mala manera".

¿Que hace el Gobierno para evitarlo? Nada. Véase lo que afirmaba el Ministro de Economía Solbes hace pocos días: no hay que temer la subida de tipos porque los españoles son muy sufridores. ¿? Como Don Tancredo delante de un toro. Aquí no pasa nada y todos mirando al tendido.

¡¡¡Inmersión, Inmersión!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://www.noticiaspyme.com/sec/sec.econ/noti_eco.asp?idn=98653&pon=1&ids=12

 
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