Aún recuerdo cuando a finales de los sesenta se inició la construcción de la carretera desde Benasque hacia la “frontera”. La carretera finalizó cerca de donde empieza el valle de Remuñe, justo encima de donde se halla situado el Hospital de Benasque (que copiando la palabra francesa Hospice, ha acabado con esta denominación incorrecta, ya que debería decirse en todo caso Hospedería).
En el sitio donde acababa la carretera debería haberse construido un túnel que enlazase con el pueblo francés de Bagnères de Louchon, situado justo al otro lado. Basta con ascender a la cumbre del Salvaguardia, cima situada en la cresta que separa los dos valles para ver perfectamente cual sería el trazado de este túnel.
Los franceses accedieron a construir el túnel Bielsa-Aragnouet, ya que en el lado francés no había entonces infraestructura hotelera que pudiera quedar perjudicada por la apertura del túnel.
Sin embargo los hoteleros de Luchón se opusieron durante décadas a este proyecto. Temían que el turismo francés se escaparía hacia una España con más sol y sobretodo mas barata. Para los habitantes del valle de Benasque, el Dorado se hallaba al otro lado y la forma de cambiar su destino agropecuario pasaba por la construcción del túnel.
Pero la vida da muchas vueltas. Ahora el norte de España, zona sur de los Pirineos, es rica y el sur de Francia es decrépito y totalmente decadente.
Y es ahora cuando los hoteleros de Louchon piden que se haga el túnel. Quieren que los españoles se acerquen a sus balnearios.
Y ahora, en el lado español, se han enfriado los ánimos. No quieren que el abundante turismo español huya. Hasta la vivienda está ahora más barata al otro lado. Vivir para ver.
En el sitio donde acababa la carretera debería haberse construido un túnel que enlazase con el pueblo francés de Bagnères de Louchon, situado justo al otro lado. Basta con ascender a la cumbre del Salvaguardia, cima situada en la cresta que separa los dos valles para ver perfectamente cual sería el trazado de este túnel.
Los franceses accedieron a construir el túnel Bielsa-Aragnouet, ya que en el lado francés no había entonces infraestructura hotelera que pudiera quedar perjudicada por la apertura del túnel.
Sin embargo los hoteleros de Luchón se opusieron durante décadas a este proyecto. Temían que el turismo francés se escaparía hacia una España con más sol y sobretodo mas barata. Para los habitantes del valle de Benasque, el Dorado se hallaba al otro lado y la forma de cambiar su destino agropecuario pasaba por la construcción del túnel.
Pero la vida da muchas vueltas. Ahora el norte de España, zona sur de los Pirineos, es rica y el sur de Francia es decrépito y totalmente decadente.
Y es ahora cuando los hoteleros de Louchon piden que se haga el túnel. Quieren que los españoles se acerquen a sus balnearios.
Y ahora, en el lado español, se han enfriado los ánimos. No quieren que el abundante turismo español huya. Hasta la vivienda está ahora más barata al otro lado. Vivir para ver.
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