martes, mayo 26, 2015

¡Qué hostia! (Hemos ganado de forma incontestable)

Mensajes contradictorios. Por un lado dicen que se han pegado una hostia y por el otro dicen que esto es una victoria incontestable.

Ya sé que soy un pesado y que siempre recuerdo aquella anécdota de la segunda guerra mundial, cuando los americanos y rusos ya pisaban suelo alemán y las radios alemanas transmitían el mensaje de que “nuestras tropas se retiran victoriosas”.

Lo mismo dice el PP: "nos hundimos victoriosamente".


Antes de entrar más en el tema, aclarar una mentira del PP también incontestable: el país está lleno de ayuntamientos donde solo hay una lista y esa lista es del PP. Por lo tanto los que van a votar votan únicamente esa lista. Los que no están de acuerdo se quedan en casa ya que no hay otra opción. Por lo tanto los resultados de las municipales no son extrapolables a las generales, ni transmiten la realidad del mapa del voto. Cuando lleguen las elecciones generales, en Rascafría de Arriba, por decir algún lugar, tendrá además votos para otros partidos. Por lo tanto no es válido decir que “hemos ganado”. Una mentira más del partido que nos gobierna. La realidad es otra: han perdido autonomías, diputaciones y grandes ayuntamientos (¡incluso en Galicia!) a mares.

Dicen que quien siembra, recoge, y que quien siembra vientos recoge tempestades (y siembra tempestades no veas lo que recoge). El refranero es muy sabio.

El PP es un partido que no tiene plan B y que por lo tanto no cambiará nada por la sencilla razón de que no puede. Parece ser que toda la autocrítica que han hecho es que todo se resume, según ellos, a un problema de comunicación. Cuando por fin consigan transmitirnos lo maravillosos que son, el pueblo español les votará de nuevo. Ese sigue siendo su autoengaño. Ahora quedan seis meses para asustarnos con “la izquierda radical”, pero no se dan cuenta que los radicales han sido ellos con sus políticas salvajes.

Una vez más muestran la distancia entre su mundo virtual y la realidad que no han sabido o, más bien, no han querido ver. Centrados en su plan de mentir y de presentar una recuperación que no existe no se han dado cuenta del castigo que han infligido al trabajador español a lo largo de estos años: despido libre y gratuito, más paro, pérdida de derechos laborales, reducción de salarios (ver esto que lo deja bien claro), pérdida de derechos democráticos (ley mordaza), congelación de pensiones, privatizaciones y un largo etcétera, que todo el mundo ya conoce, a lo que hay que añadir la corrupción galáctica de este partido.

Creían que con la manipulación mediática dedicada a disgregar la izquierda seguirían siendo ganadores y con las correspondientes alianzas y pactos podrían seguir gobernando.

Cuando el PP emprendió sus medidas económicas destinadas a que el poder económico aprovechase la crisis para reducir plantillas de forma barata y reducir salarios y eliminar derechos laborales de los trabajadores, tuvo pronto claro que el coste en votos iba a ser impresionante. Esto no lo salvaba ni la Virgen bajando a la Puerta del Sol. Por lo tanto había que establecer un objetivo claro para mantener el poder: ganar las elecciones a pesar de perder el 50% de los votos.

Y esto ¿cómo se consigue? Pues haciendo que entre tus competidores se disgregue el voto, de forma que ellos pierdan también. Para esto hace falta canalizar el voto: por un lado captar a los disidentes del PP de forma que sus votos vayan a parar a un mismo saco amigable y por otro buscando un partido que le robe votos al máximo competidor, el PSOE.

Canalizar el voto del descontento era fácil. Los votantes del PSOE e IU descontentos con sus partidos por no haber dado respuesta a las medidas tomadas por el PP eran multitud. Objetivo fácil este. Para ello se tenía una cadena, la Sexta, dirigida por un nada dudoso empresario de extrema derecha (q.e.p.d y que seguro está sentado a la diestra de Dios Padre, en la gloria eterna), que facilitó el encumbramiento de un partido de izquierda (al que titularon con lo de “radical”, lo que da risa y muestra a los extremos que hemos llegado), o sea Podemos.

Pero el experimento se les fue de las manos. No se imaginaban que había tanto voto dispuesto a romper la baraja bipartidista. Ahí empezó a sacar humo la FAES, el think tank del PP, buscando hasta debajo de las baldosas como desprestigiar a Podemos y contrarrestar el boom. Encontró una mini corrupción (que no llegó ni a tal) y los medios se dedicaron a inflar la bola. Daba la sensación que la corrupción galáctica del PP con Gúrtel, Púnica, Bárcenas, etc., con casos nuevos cada semana, era nada en comparación a lo de Monedero. 

Una vez realizada esta maniobra defensiva (con la que colaboraron también obviamente los medios próximos al PSOE, por la cuenta que les traía), empezó la segunda fase de la perversión democrática española: Ciudadanos.

La pérdida de votantes del PP, perjudicados por la política económica, suponía una sangría que había que conducir a buen puerto. Incapaces muchos de estos votantes de dar un cambio en su mentalidad (algunos son de derechas de la misma forma que se nace del Real Madrid y se muere igual) había que darles una salida a su sana opción de no votar partidos corruptos. Había que potenciar un partido que sirviese de red de seguridad al PP. Un partido que pudiese colaborar en el futuro con las políticas del PP y se convirtiese en perrito faldero sin crear problemas, asegurando gobiernos de derechas. 

Pero la ley electoral española prima de forma descarada a los partidos con más votantes. Tenemos una ley electoral que pervierte la democracia, pero hasta la crisis no habían caído en ello muchos. Por lo tanto el voto que huye del PP (gente que no puede aceptar votar a la izquierda pero que ha sido castigada por el PP) había que agruparlo en un solo partido. 

Pero este voto podía ir a dos partidos Ciudadanos y UPyD. UPyD estaba claro que no iba a ser un perrito faldero. Rosa Díez no es Albert Rivera. Nada mejor pues que ponerse manos a la obra y torpedear UPyD desde dentro. Objetivo cumplido. Ha sido impresionante como la propia dirección del partido se ha autodevorado y canibalizado a su líder.


Pero ni así se han salvado. La guillotina democrática ha actuado, con gran alegría para muchos después de ver las infamias de la derecha con gente que es capaza de todo. Y como ejemplos más significativos tenemos el de Esperanza Aguirre (siempre campeona en esto) acusando a Manuela Carmena de liberar etarras o a La Vanguardia de Barcelona con Ada Colau. Esta última es una difamación de una bajeza brutal y demuestra hasta donde está dispuesta a llegar la derecha de este país (ya sea nacionalista catalana o nacionalista española) cuando ve que va a perder el cortijo. Resulta que han descubierto la biblioteca de Bin Laden (¡vaya con lo que han tardado!) y naturalmente han metido en ella todos los libros que les han interesado. Entre ellos, no podía ser de otra forma, estaban los de Chomsky, persona crítica con el gobierno americano y al que conviene desprestigiar. Pero La Vanguardia fue más allá: Chomsky apoyaba a Ada Colau, por lo tanto la relación quedaba clara: Bin Laden-Chomsky-Ada Colau. Terrorismo puro. Aquí ya no se llega a los seis grados de separación; con tres basta.

Sucias maniobras como la de Cospedal en su feudo, reduciendo el número de diputados en el número preciso para seguir ganando a pesar de perder innumerables votos, no le han servido. Por uno ha errado el cálculo.  Gracias a que Ciudadanos se ha llevado un porrón de votos, pero insuficientes para darles un diputado, ha perdido la posibilidad de gobernar. Todo pecado lleva su penitencia, dice también el refranero.

Como erraron UPyD e IU por diferentes motivos. Rosa Díez no se dio cuenta de la maniobra mediática que la iba a arrasar. Si se hubiese subido al carro de Ciudadanos habría salvado los muebles. También IU fue incapaz de ver el Tsunami, aunque algunos en el partido lo veían claro. En Catalunya ICV ha sido más lista y se ha subido al carro de Guanyem y han salvado el pellejo, de momento.

Este país, por fin, después de cuatro años, empieza a respirar después de destrozar en las urnas a lo más granado de la casta corrupta/impresentable del PP: Espe, Cospedal, Rudi, Rita, Monago, etc. etc., personajes de tanta alcurnia que desaparecerán del mapa porque la oposición no está hecha para ell@s.


Pero evidentemente estos resultados llevan a lo que ya escribí el verano pasado: los resultados de las elecciones generales darán una España sin posibles mayorías, salvo una: PPPSOE. El País ha hecho una traslación de los votos de las autonómicas a las generales, aunque con algunos problemas, ya que por ejemplo en Catalunya las elecciones autonómicas serán en Setiembre y han tomado los datos de las municipales lo cual no sirve como ya he indicado antes (en Catalunya hay muchos ayuntamientos con solo dos listas: Ciu/ERC).



Sin embargo la única posibilidad de gobernar, PP/PSOE, se estrella contra la política obvia del PSOE de desalojar del poder en Ayuntamientos y Comunidades al PP mediante los pactos oportunos. Complicado futuro.

El fin del bipartidismo es el primer paso para acabar con la corrupción, pero evidentemente tendremos que acostumbrarnos a que no gobierna quien gana sino quien agrupa políticas más o menos comunes. Nadie entendería, por ejemplo, que Podemos y PSOE permitiesen gobernar a Esperanza Aguirre en Madrid.

Y me voy a tomar una copa de vino y volar por Mikonos (hoy toca Grecia) para celebrar que hemos cambiado mujeres bazofia por mujeres sanas y legales. ¡Aleluya!


 Volando por Mykonos hoy (¡qué recuerdos!)


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