Ya he escrito varias veces sobre el tema Presupuestario. Como una de las tareas de mi profesión, cuando estaba en la empresa privada, era la confección del Presupuesto anual (y más complicado aún, planes a tres y cinco años) y su seguimiento, analizando desviaciones y sus causas, y proponiendo acciones para corregirlas, creo conocer bastante el tema (20 años presupuestando).
Por eso cuando veo como se efectúan y como se ejecutan los presupuestos estatales me aparece cada año un cierto sarpullido corporal.
Un Presupuesto es ante todo un plan. Si no hay plan no hay presupuesto. Realizar un presupuesto incremental (o lo inverso, que es lo que se lleva) es todo lo contrario de lo que debe ser un Presupuesto. Hay que establecer políticas, valorarlas y establecer entonces el presupuesto, ya sean ingresos o gastos.
Da la sensación en estos momentos de que el presupuesto se hace de abajo a arriba. Es decir, se empieza por el déficit que queremos que salga y se ponen los ingresos y gastos que nos dan la cifra mágica que nos piden nuestros soberanos europeos.
Ya se sabe que el papel lo aguanta todo, pero los presupuestos voluntaristas, como el que ha aprobado el PP, no dejan de ser eso, un cúmulo de voluntades que, cinco minutos después de presentado y aprobado (¡y eso que han tenido varios meses para confeccionarlo!), quedan derribadas por la realidad. El Presupuesto 2012 no hay quien lo cumpla.
Y como no hay plan no hay posibilidad de acometer acciones estudiadas y correctas para corregir la deriva. Lo que toca es improvisar e improvisar sin fin. Lo mismo que le criticaban a Zapatero.
En estos momentos lo que le correspondería al Estado es estudiar a fondo cada una de las partidas y decidir si procede su gasto y concretar exactamente lo que debe gastarse en concreto de acuerdo a una determinada política. Pero eso lleva trabajo. Lo fácil es cortar por cortar, que es la peor de las soluciones ya que se van dando palos de ciego a la economía del país. Lo bueno es que afirman que es eficiencia pura y los recortes no tienen consecuencias. Si es así ¡que lo recorten todo!
El Presupuesto 2012 es ya un fracaso. Como nos explica perfectamente el catedrático de Hacienda Ignacio Zubiri, ni los ingresos ni los gastos son creíbles. Un auténtico adefesio. Por lo tanto no nos ha de extrañar que el 17 de marzo (hace tan solo un mes) Rajoy afirmase que no habría copago sanitario y hoy aprueba lo contrario, añadiendo incluso al gremio de pagadores a los jubilados; una gran política social la de este gobierno.
Actuando de esta manera el PP no va a ningún lado. Podemos imaginar la que le habría caído a Zapatero de haberle ocurrido en su mandato lo de Repsol. Sin embargo le ha explotado al Gobierno que nos iba a devolver la confianza.
Ya vemos como los mercados están tratando esa confianza. De hecho lo que están demostrando es lo contrario. El dinero huye de España y la banca lo está notando en sus carnes (ver gráfico adjunto, donde la línea azul muestra la caída de dépositos y la gris el aumento de aportaciones del BCE para tapar el agujero).
El BCE va a tener que socorrer a los bancos españoles una vez más ya que la morosidad se dispara nuevamente como era de prever debido al aumento del paro gracias a la ingeniosa refoma laboral. Y la deuda escalando precios desorbitados. Ya vimos como ayer la emisión de letras (¡y era deuda a corto plazo!) tuvo que pagar precios increíbles para encontrar compradores, que están encantados de cobrar estos intereses tan suculentos.
Afirman una vez y otra de que rescate nada. Pero eso es lo mismo que decían los griegos, los irlandeses y los portugueses y al final no hubo más remedio que rescatar. Mal veo el panorama, ya que los bancos aún no han limpiado sus balances de viviendas que verán bajar su precio de forma importante por la simple razón de que no hay ni habrá compradores.
Y si nos rescatan, esto se convierte definitivamente en el Titanic ya que los ajustes a los que estaremos obligados serán salvajes y el desempleo superará el 25%.
El FMI es el que tiene las cuentas claras. El déficit no se puede limitar al 3% hasta el año 2018, que queda un poco más lejos que el proyectado 2013.
Lo que es cada vez más evidente es que la crisis se utiliza por el poder económico para llevar al trabajador a la servidumbre. Nos lo explica perfectamente J.Jacks en un artículo que recomiendo leer detenidamente: la prima de riesgo es la herramienta contra el primo del ciudadano.
Tenemos unos meses por delante que serán de infarto.
Y Rajoy evidenciando otra mentira. Van ya tantas que su credibilidad se ha derrumbado: todo era mentira. Ojo pues cuando dice que no habrá rescate o que no subirá el IVA. La credibilidad del gobierno ya no existe y no es de extrañar que el PP acuse el desgaste (especialmente Gallardón, que ha perdido toda su imagen política) a velocidades siderales. Si esto ha ocurrido en cien días, podemos imaginar como estarán dentro de un año.
Por eso cuando veo como se efectúan y como se ejecutan los presupuestos estatales me aparece cada año un cierto sarpullido corporal.
Un Presupuesto es ante todo un plan. Si no hay plan no hay presupuesto. Realizar un presupuesto incremental (o lo inverso, que es lo que se lleva) es todo lo contrario de lo que debe ser un Presupuesto. Hay que establecer políticas, valorarlas y establecer entonces el presupuesto, ya sean ingresos o gastos.
Da la sensación en estos momentos de que el presupuesto se hace de abajo a arriba. Es decir, se empieza por el déficit que queremos que salga y se ponen los ingresos y gastos que nos dan la cifra mágica que nos piden nuestros soberanos europeos.
Ya se sabe que el papel lo aguanta todo, pero los presupuestos voluntaristas, como el que ha aprobado el PP, no dejan de ser eso, un cúmulo de voluntades que, cinco minutos después de presentado y aprobado (¡y eso que han tenido varios meses para confeccionarlo!), quedan derribadas por la realidad. El Presupuesto 2012 no hay quien lo cumpla.
Y como no hay plan no hay posibilidad de acometer acciones estudiadas y correctas para corregir la deriva. Lo que toca es improvisar e improvisar sin fin. Lo mismo que le criticaban a Zapatero.
En estos momentos lo que le correspondería al Estado es estudiar a fondo cada una de las partidas y decidir si procede su gasto y concretar exactamente lo que debe gastarse en concreto de acuerdo a una determinada política. Pero eso lleva trabajo. Lo fácil es cortar por cortar, que es la peor de las soluciones ya que se van dando palos de ciego a la economía del país. Lo bueno es que afirman que es eficiencia pura y los recortes no tienen consecuencias. Si es así ¡que lo recorten todo!
El Presupuesto 2012 es ya un fracaso. Como nos explica perfectamente el catedrático de Hacienda Ignacio Zubiri, ni los ingresos ni los gastos son creíbles. Un auténtico adefesio. Por lo tanto no nos ha de extrañar que el 17 de marzo (hace tan solo un mes) Rajoy afirmase que no habría copago sanitario y hoy aprueba lo contrario, añadiendo incluso al gremio de pagadores a los jubilados; una gran política social la de este gobierno.
Actuando de esta manera el PP no va a ningún lado. Podemos imaginar la que le habría caído a Zapatero de haberle ocurrido en su mandato lo de Repsol. Sin embargo le ha explotado al Gobierno que nos iba a devolver la confianza.
Ya vemos como los mercados están tratando esa confianza. De hecho lo que están demostrando es lo contrario. El dinero huye de España y la banca lo está notando en sus carnes (ver gráfico adjunto, donde la línea azul muestra la caída de dépositos y la gris el aumento de aportaciones del BCE para tapar el agujero).
El BCE va a tener que socorrer a los bancos españoles una vez más ya que la morosidad se dispara nuevamente como era de prever debido al aumento del paro gracias a la ingeniosa refoma laboral. Y la deuda escalando precios desorbitados. Ya vimos como ayer la emisión de letras (¡y era deuda a corto plazo!) tuvo que pagar precios increíbles para encontrar compradores, que están encantados de cobrar estos intereses tan suculentos.
Afirman una vez y otra de que rescate nada. Pero eso es lo mismo que decían los griegos, los irlandeses y los portugueses y al final no hubo más remedio que rescatar. Mal veo el panorama, ya que los bancos aún no han limpiado sus balances de viviendas que verán bajar su precio de forma importante por la simple razón de que no hay ni habrá compradores.
Y si nos rescatan, esto se convierte definitivamente en el Titanic ya que los ajustes a los que estaremos obligados serán salvajes y el desempleo superará el 25%.
El FMI es el que tiene las cuentas claras. El déficit no se puede limitar al 3% hasta el año 2018, que queda un poco más lejos que el proyectado 2013.
Lo que es cada vez más evidente es que la crisis se utiliza por el poder económico para llevar al trabajador a la servidumbre. Nos lo explica perfectamente J.Jacks en un artículo que recomiendo leer detenidamente: la prima de riesgo es la herramienta contra el primo del ciudadano.
Tenemos unos meses por delante que serán de infarto.
Y Rajoy evidenciando otra mentira. Van ya tantas que su credibilidad se ha derrumbado: todo era mentira. Ojo pues cuando dice que no habrá rescate o que no subirá el IVA. La credibilidad del gobierno ya no existe y no es de extrañar que el PP acuse el desgaste (especialmente Gallardón, que ha perdido toda su imagen política) a velocidades siderales. Si esto ha ocurrido en cien días, podemos imaginar como estarán dentro de un año.
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