jueves, noviembre 19, 2015

Brutalidades en la Norte del Eiger: Ueli Steck y Kilian Jornet


Las capacidades físicas humanas parece ser que no tienen límites. El catalán Kilian Jornet ha destrozado sistemáticamente el récord de muchas ascensiones a cumbres icónicas. Algunas han sido relativamente fáciles, como el Mont Blanc o el Kilimanjaro (aunque un ecuatoriano lo ha vuelto a batir). Pero hace poco lo vimos batir el record (contando siempre el ascenso y el descenso) del ya más complicado Matterhörn (o Cervino, que lo hizo en 2 horas y 52 minutos).
Batir el record del Eiger es imposible para Killian porque el nivel de escalada para hacerlo en solitario es muy superior y por allí anda Ueli Steck que se merienda la vía clásica de esta pared en el tiempo que yo me subo una montañita normal.
El 11 de noviembre Ueli Steck junto con Nicolas Hojac escalaron esta siniestra pared, que cuenta con un historial de muertes impresionante, en 3 horas y 46 minutos.

Pero esto no es nada. El día 16, tan solo cinco días después, esta bestia humana se merendaba la pared, en solitario, por la vía clásica Heckmair, en 2 y 22 minutos. Eso sí, la escalada no fue en libre, lo que quiere decir, que Ueli se iba pillando a todo lo que se encontraba, ya sean cuerdas fijas o clavos de vía (lo que yendo en solitario entraña su peligro si se suelta algo). Cualquiera que haya estado en Grindelwald y haya visto esta monstruosa pared, seguro que no se creerá que se pueda hacer en ese tiempo.
Pero pocos días antes (el 8 de noviembre) y para abrir boca, Ueli, hizo la pared con Kilian Jornet en 10 horas y dos minutos. Brutal también teniendo en cuenta el nivel de Kilian. Estos tiempos en cordada significa que hay muchos tramos que no se hacen encordados y el resto es en "ensamble", es decir, cuerda entre ellos, pero sin hacer reuniones.
Kilian lo relata todo de forma magnífica en este enlace
Y sobre la ascensión récord, Ueli Steck lo explica aquí.
No sé si alguien ha escalado antes la norte del Eiger tres veces en ocho días. Es casi imposible, porque  además de tener un alto nivel, una capacidad física enorme, y asumir riesgos, hay que tener buen tiempo, y en el Eiger eso es muy raro. Pero el anticiclón, que se ha apoderado de gran parte de Europa durante más de dos semanas, ha permitido una climatología excepcional y que esta pared no tuviera aún mucha nieve, a pesar del avanzado otoño.

Opinión final: las carreras en montaña no me gustan y tienen mucho riesgo. Quien avisa no es traidor, dice el refrán.

martes, noviembre 17, 2015

Grausin@s por el Delta del Ebro y más cosas…

El fin de semana del 7-8 de noviembre el grupo de amigos que tenemos, todos ellos vinculados a Graus, nos fuimos, como hacemos todos los otoños, de excursión de fin de semana.
Este año (el año pasado nos fuimos por el Matarraña) el sitio elegido fue el Delta del Ebro y la zona donde se libró la Batalla del Ebro en nuestra guerra civil.
Dormimos dos noches en el Parador de Turismo de Tortosa y el sábado por la mañana hicimos visita guiada por el Delta, donde nos explicaron de forma detallada todo lo referente al cultivo del arroz y además las formas adicionales de vida (turismo y pesca) en esta tierra, tan alejada del mundo hace tan solo cincuenta años. No hay nada mejor que una persona que vive allí te explique la historia de esa región tan peculiar. 
Sorprendidos del alto nivel de mecanización que tiene el arroz (siembra con helicóptero y allanamiento del terreno con palas guiadas por láser) pudimos comprobar la extensión de la plaga del caracol traída por unos descerebrados cuyo delito ha quedado impune
La plaga tiene difícil control y a pesar de haber traído depredadores (como el morito común) parece ser que la única solución pasará por anegar las tierras con mar salada durante un tiempo. Todo un riesgo.
También nos sorprendió saber cómo se crían los mejillones, ostras y almejas. Y como se pesca la angula (350€ el kilo!!!).
Después de navegar por la desembocadura del río y un buen vermut (y compra de arroz, claro) atravesamos el Delta de arriba abajo y llegó la comida en La Casa de Fusta, con dos arroces, uno de ellos el de pato, típico del Delta.

Navegando por el Ebro



Y por la tarde nos fuimos de visita cultural a Tortosa. Visita guiada a la inacabada catedral y a la parte antigua de la ciudad, y pica pica salvaje para cenar en el centro de la city.

Catedral de Tortosa

Al día siguiente nos fuimos de buena mañana a Gandesa donde nos esperaba un guía especializado en la Batalla del Ebro, que se libró en esta zona y que fue la más sangrienta de la guerra civil.
Primero fuimos al Coll del Moro, cerca del puesto de mando del General Franco, en lo alto de una colina. También es sus proximidades hay un poblado ibérico.

Coll del Moro


En el puesto de mando de Franco

Y después nos fuimos a la Cota 402, donde estaba el mando republicano, es decir, Pedro Mateo Merino, un militar de nivel, muy superior al que tenía enfrente, pero sin artillería (no pudo pasar el Ebro) y sin aviación. Por lo tanto tocaba perder. Fue un milagro como pudieron aguantar 115 días. Y mi santa naturalmente se acordó de su padre y de las muchas veces que le había explicado que, con dieciocho años, estuvo en esta batalla de camillero.

En las trincheras de la Cota 402






 Comilonas (La casa de fusta)



Cena en Tortosa


Vermut en Lo Goleró en la Bassa de les Olles


Acabamos la visita en Corbera d’Ebre, pueblo totalmente destruido por los bombardeos de los alemanes (aviones Junker-Dornier-Heinkel) y que se ha conservado tal como quedó. Un pueblo nuevo se construyó en la parte baja. La visita a la iglesia, que conserva el campanario pero no el tejado, que ahora está cubierto por uno de cristal, es espectacular y en nuestro caso aún lo fue más ya que en su interior estaba la orquesta sinfónica intercomarcal ensayando una banda sonora para un documental sobre esta batalla. Música ambiental.

Corbera d'Ebre

Alrededor de la iglesia se halla el abecedario de la libertad y cerca de la puerta se halla una escultura de Joan Brossa (ver foto) referente a la bota, la bota que pisa los derechos humanos y de la que no hay forma de librarse así van pasando los años. También hay una placa de las Brigadas Internacionales, que quedaron desmovilizadas aquí.

La iglesia de Corbera con la orquesta en descanso



La bota de Joan Brossa delante de la iglesia de Corbera y la placa de las Brigadas Internacionales.


Acabamos la visita a orillas del Ebro, exactamente frente a la casa donde se escribió la letra de la famosa (y ya casposa) “Fumando espero”, es decir, Mora de Ebro. La comilona también fue sublime.  Y celebramos con una copa de cava el cumple de Angelines.



viernes, noviembre 13, 2015

¿Nos estamos hartando de tanta tecnología y comunicación?

Uno a veces se harta de que le digan que no ha estado atento al teléfono, al Whatsapp, a los SMS, al Twitter, al Blog, al "Feisbu" y al copón bendito. Como uno a veces se cansa de todo esto, ya convertido en adicción o dependencia, se lleva una alegría cuando alguien escribe lo que uno piensa. 

Mientras volaba hoy de Lanzarote a La Palma (que maravilla de vuelo) leía este excelente artículo de Juan Cruz sobre el tema.

Encerrados con el juguete de la ansiedad
 
Gente harta de depender del teléfono y de sus distintos juguetes ansiosos, se están bajando de ese tren


Al tamagochi, que duró lo que el caramelo a la puerta de un colegio, le han seguido otros juguetes que han colmado el deseo de ansiedad y abismo. Despreciamos la ansiedad como un mal, pero a juzgar por los elementos de los que nos adornamos para sostenerla como una amada pesadilla, nos gusta como los caramelos. Y son caramelos envenenados. Y como moscas caemos en ellos.

Ahora tenemos en nuestras manos el móvil, que nos permite comunicar con todo el mundo y va a hacer posible lo que decía José Ortega Spottorno acerca del fin del mundo: llegará cuando todos los teléfonos comuniquen, decía el fundador de EL PAÍS. Ahora ya se sabe qué pasa con los móviles: lo contienen todo, desde el ocio al insulto, y en medio estamos nosotros, embobados. Dentro de este rectángulo generalmente oscuro están ahora los periódicos, con sus noticias y con sus entretenimientos, los cotilleos, con sus noticias tan entretenidas, los concursos, las llamadas y los mensajes, las fotos, los correos electrónicos, la pornografía posible, los avisos de las distintas redes sociales, el tiempo y la pérdida de tiempo, la ansiedad calmada y la ansiedad furiosa. Y por fuera del rectángulo, pero dentro del rectángulo también, estamos nosotros, víctimas suculentas del festín que nosotros mismos les damos a multinacionales del cambalache.

Hace unos días, mirando cualquiera de esos nutrientes que están en el móvil, estuve a punto de ser atropellado por un autobús. Cuando se produjeron los frenazos decidí dejar para siempre de usar el móvil; lo que estuvo a punto de matarme era, pensé en ese instante, el efecto de la ansiedad por saber, por ejemplo, qué decía el compañero que me esperaba en la esquina siguiente. La prisa por tardar, que escribió Gil Calvo. La decisión de abandonar el tamagochi del siglo XXI me duró precisamente hasta esa esquina. Hace falta mucha voluntad, y alguna medicina, para descender de esta adicción que ahora domina a seres humanos que creen estar libres de la manía mientras la ejercen, la ejercemos, gustosos.

Ahora se está produciendo un fenómeno interesante, previo quizá a la consideración de esta adicción como una de las enfermedades tenues que se van haciendo oscuras. Gente harta de depender, como quien esto escribe, del teléfono y de sus distintos juguetes ansiosos se están bajando de ese tren que conduce, mal usado, a un choque infernal entre la realidad que uno vive y lo que está emitiendo el aparato. Uno de los que ha decidido bajarse decía ayer en EL PAÍS que su felicidad dependía de los likes que obtenía con su Facebook. Y que ya estaba bien. Hasta decir eso hay que caminar un largo trecho, tan largo como el que hay que seguir hasta entender que en las redes sociales del preperiodismo nos están vendiendo mercancía averiada que compramos con regusto porque habla mal de nuestros adversarios e incluso de nuestros amigos, a los que no queremos tanto como dice Facebook. 

El día en que dejemos esta ansiedad por otra cosa alguien hará comercio también de la ansiedad nueva.

Y no puedo evitar acompañar este texto con unas fotos del vuelo Lanzarote-La Palma.

Primero Lanzarote y sus maravillosos volcanes. El avión es un Beechcraft 1900D (es el que se utiliza para el circuito turistico del Everest en Kathmandu).

Al fondo se divisa la isla de Fuerteventura




Dejando Lanzarote por la costa Oeste

 
Aunque era un vuelo visual (VFR), es decir sin obligación de seguir una ruta definida y utilizando instrumentación electrónica (IFR), he tomado rumbo al VOR de Tenerife (TNF). Estas fotos que siguen son pasando por encima de ese punto donde en sus proximidades se halla el tristemente famoso aeropuerto de Tenerife Norte (Los Rodeos), donde se registró el mayor accidente de la historia de la aviación comercial.


Aeropuerto de Los Rodeos


Esta punta que entra en el mar es Punta del Hidalgo, toda ella llena de buena tierra cultivable.


El aeropuerto de Los Rodeos se halla en un altiplano donde se forman importantes nieblas. Años después se construyó otro aeropuerto al sur, el Reina Sofía.


Y aquí ya estoy sobrevolando La Palma. Espectacular.


El difícil aeropuerto de La Palma. Sin ayuda electrónica, con agua en los extremos y la montaña a un lado.


Y un lugar fantástico, El Roque de los Muchachos, donde varios países han construido sus potentes telescopios, formando un conjunto de observación astronómica de primer nivel. Obsérvese como la metereología real con la que vuelo crea incluso nieblas de ladera.


Y en "corta final", aterrizando en la 01 de La Palma. Como puede verse las luces PAPI muestran dos rojas y dos blancas, lo que indica que estoy descendiendo con el ángulo correcto.



Mucho mejor ver las fotos a mayor tamaño clickando en ellas, aunque la calidad es inferior a la que yo observo cuando vuelo.
 
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